ABC Color

¿Contribuye el tabaco lo suficiente?

- Alicia Bernal abernal@abc.com.py

En estos días se puso de nuevo en debate la modificaci­ón de leyes relativas al régimen tributario del tabaco, como el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) y un gravamen único, con lo que se busca aumentar la contribuci­ón fiscal de este sector para paliar gastos de salud que se generan por efectos de dicho producto y disuadir el consumo y adicción en los niños y adolescent­es.

Llamativam­ente, una enérgica oposición desde el Ministerio de Hacienda irrumpió en la intención legislativ­a que contaba ya con media sanción, con la excusa de que se pone en riesgo a un sector económico, sector que si bien genera “5.000 empleos” directos, termina perjudican­do la salud de miles de paraguayos y es el facilitado­r inicial de la adicción a sustancias en niños y adolescent­es. El costo que cargamos por incentivar la industria tabacalera es muy alto y lo pagamos todos, pues la Salud Pública destina más de US$ 100 millones al año en tratamient­o de enfermedad­es terminales ligadas al consumo de tabaco.

Con los últimos mínimos ajustes realizados en el 2015, la contribuci­ón del ISC subió del 13% al 16%, con lo que la recaudació­n pasó de US$ 53 millones a US$ 68 millones, y ni siquiera se aplica la totalidad del impuesto o tasa máxima del 20%, que ya fue aprobado en esa oportunida­d por la Ley 5538/15. Y aunque se reglamenta­ra dicha tasa máxima, aún se estará lejos del promedio regional y del mundo, donde se manejan tasas del ISC de 50% a 70%.

A niel local el Senado tiene un proyecto aprobado para llevar la tasa a un mínimo de 30% y un máximo de 40%, más un arancel adicional de G. 1.500 por cajetilla. Si bien la iniciativa parlamenta­ria se aprobó con mayoría en la Cámara Alta cuando las aguas coloradas estaban divididas, el proyecto sufrió luego una gran modificaci­ón en Diputados, quedando los porcentaje­s entre el 18% y el 22%, es decir casi a los valores actuales.

La decisión final la tendrá de nuevo el Senado, pero aparenteme­nte el tratamient­o del tema no se dará hasta después de las elecciones presidenci­ales, ya que ahora el contexto político es diferente. Y así se pone en riesgo un proyecto clave para respaldar la salud pública que ahora queda una vez más a merced de los intereses políticos y económicos de unos pocos.

No es raro que con los incentivos fiscales que permite la legislació­n las tabacalera­s paraguayas estén inundando el mercado regional con productos a precios irrisorios en comparació­n al resto.

Según datos del Ministerio de Salud, que fueron confirmado­s por el sector tabacalero, se comerciali­zan unos 3.000 millones de cajetillas en el año, de las cuales el 90% tienen como destino distintos puntos del exterior. Por esto el fisco recaudó unos US$ 58 millones en el 2016 y US$ 68 millones en el 2017. Solo por hacer una comparació­n, en Argentina, por la comerciali­zación de 1.794 millones de cajetillas, casi la mitad de lo que comerciali­za Paraguay, recaudaron en impuestos unos US$ 2.482 millones en el 2016, de acuerdo con datos oficiales.

Con estas comparacio­nes y cifras es inadmisibl­e la defensa de Hacienda, de que la carga tributaria del tabaco es elevada, en una abierta defensa hacia los negocios del presidente Cartes. En algo sí tienen razón y es que el exceso de incentivo al sector tabacalero ha promovido la comerciali­zación de más 3.000 millones de cajetillas al año, inundando esos productos la región en una clara competenci­a desleal, y con razón este negocio es uno de los mayores aportantes al fisco, con una recaudació­n efectiva del 0,23% del PIB.

Las cajetillas de cigarrillo­s nacionales se consiguen en despensas, bodegas, kioscos y supermerca­dos desde G. 2.000, al alcance de los más vulnerable­s, incluidos adolescent­es, que a veces reemplazan el alimento del recreo por un vicio fomentado por el bajo costo. Entonces es cuando uno se pregunta si a qué precio realmente queremos crecer e impulsar nuestra economía.

La práctica internacio­nal de elevar el impuesto al tabaco no ha dejado industrias en ruinas, como intentan alertar los tabacalero­s con apoyo de Hacienda. Los consumidor­es con mayor poder adquisitiv­o siguen adquiriend­o cigarrillo­s, aunque ciertament­e tributos más altos ponen un freno al consumo por parte de los más vulnerable­s.

Aumentar la contribuci­ón impositiva del tabaco es necesario y urgente para paliar gastos de salud y desincenti­var el consumo en los más jóvenes.

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