ABC Color

Jubilación a 3 años

- Raúl Rivarola

con salarios de primer mundo, cuyo compromiso es solamente el de ser leal al corrupto sistema imperante; son ellos los que han posibilita­do la existencia de gente que vive en una pobreza extrema, que vive en chozas de hule, en un ambiente insano, sin atención absoluta de salud.

Tenemos una dupla de lujo para presidente y vice de la Alianza como verdadera esperanza de redención nacional. Entonces, ¿cuál es el mérito de este partido para merecer voto popular? Ninguno. La gente no debe dar su voto al que quiere seguir robando, al que está llevando al seguro camino del default, o sea iliquidez para cumplir con los compromiso­s económicos públicos asumidos.

Es momento de superar mentes obtusas, chatas. Es el momento del cambio, de la recuperaci­ón ética, moral, económica del país. Dejemos ya atrás a los que han sumido al Paraguay al nivel de patria bananera que sigue ocupando un alto lugar en la lista de país más co- rrupto en Latinoamér­ica. Concurramo­s todos a votar en masa llevando adelante la bandera roja, blanca y azul para que el 22 de abril festejemos la victoria de la democracia.

Esto no es jubilación sino saqueo. ¿Cómo pueden llamarle jubilación? Los sueldos que reciben ya son un robo si no hacen nada. Los partidos políticos colocan a sus tragatutis en Itaipú, Yacyretá, Parlasur, etc. Robar allí es hacer patria. Lo más llamativo es que los que protestan por esas jubilacion­es de 3 años ¡se jubilan a los 10 años! O sea, roban un poco menos y por eso se quejan.

Los verdaderos trabajador­es que necesitara­n 30 años de aportes mientras sus líderes se llenan la boca de honestidad, puro bla bla. Ni drácula sacaba tanta sangre. Llora y llora urutau pero esta semana van a ir a votarlos nuevamente. Parece que les gusta que les roben. impunidad, que van de la mano. La necesidad de reelección es una mentira, y debemos oponernos a su inclusión en una futura reforma constituci­onal. Reelección es más corrupción, más impunidad, más destrucció­n total de las institucio­nes democrátic­as y republican­as.

¿O por qué creen que el grupo actual utiliza todos los mecanismos más maquiavéli­cos e ilegales para seguir con el latrocinio? Hoy solo el voto castigo podrá salvarnos del caballo del comisario. Elegir al caballo del comisario, es una reelección disfrazada. Detrás de Cachito, siempre estuvo el ventrílocu­o manejándol­o a su arbitrio. caramba, ¡que coincidenc­ia!

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