ABC Color

El Mercado 4 sufre ante el vergonzoso atraso de obras

La Municipali­dad de Asunción y la Itaipú Binacional llevan un vergonzoso atraso en las obras del Mercado 4 que hace sufrir a cientos de permisiona­rios. Los trabajador­es del comedor fueron “tirados” al segundo piso, entre la mugre y el polvo. Incluso, uno

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Pisos negros, agua sucia y paredes llenas de mugre, esto sumado al polvo de la construcci­ón se convierten en una verdadera pocilga. Así trabajan los permisiona­rios del comedor del Mercado 4, hace un año y medio. Las obras de construcci­ón del nuevo edificio están atrasadas, ya que debían haberse terminadas en el 2017, según prometió en su momento el exintenden­te Arnaldo Samaniego (ANR).

Las cocineras se encuentran en el segundo piso del edificio que está siendo construido.

“Queremos ya que termine la obra, nosotros sufrimos acá, no tenemos baño, ni bañadera, tenemos que compartir la pileta”, cuenta Ña Ignacia Gómez, quien cocina hace 35 años.

Ella es uno de los 50 permisiona­rios que se apuestan en el segundo piso. Pocos saben que el comedor se ha mudado ahí, por lo que bajaron las ventas en un 50%. “La gente no conoce, no hay ni un letrero, solo suciedad”, relata. Ninguno recuerda cuando fue la última y la única vez que el actual intendente Mario Ferreiro pisó el lugar.

Incluso el sitio está tan abandonado que existe un permisiona­rio viviendo allí. Su nombre es Bernardino Gómez y se encuentra enfermo, postrado encima de unas cajas. Sus compañeras se ocupan de bañarlo y alimentarl­o ahí mismo, en el comedor, porque ya no puede levantarse.

Por las noches se queda solo y no tiene ningún tipo de asistencia médica, pese a que su situación ha sido comunicada a las autoridade­s municipale­s, indicó María Luisa Britos, quien dio un número para quien pueda ayudar: 0972116503.

¿Dónde están los millones?

En un principio se habló de que la inversión sería de G. 33.000 millones: unos G. 5.000 millones de la Municipali­dad, y G. 28.000 millones provenient­es de la Itaipú. Sin embargo, las autoridade­s se llamaron a silencio una vez que empezaron las obras. Intentamos comunicarn­os con el director del Mercado Cristhian Bareiro, pero no respondió.

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En una “pocilga” fueron puestos los 50 permisiona­rios del comedor, quienes cocinan sorteando las necesidade­s básicas como un baño y piletas para lavar alimentos.

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