Nueva oleada de protestas contra régimen de Ortega
Una nueva ola de las manifestaciones antigubernamentales sacuden a Nicaragua. Estudiantes encabezan desde el 18 de abril las protestas más fuertes en los 11 años de gobierno del presidente Daniel Ortega, con un saldo de 45 muertos y más de 400 heridos. Diversos sectores sociales exigen reformas democráticas.
MANAGUA (AFP). Centenares de nicaragüenses se manifiestan por tercera semana consecutiva para exigir justicia y la renuncia del presidente Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Aunque Ortega revocó la reforma que detonó las protestas, por impulsar medidas como el aumento de la cuota patronal y laboral y reducir la pensión a jubilados, las protestas contra su gobierno continúan.
Ayer, al menos cuatro heridos dejaron enfrentamientos de estudiantes y grupos afines al gobierno en el sur del país, indicó el Centro Nicaragüense de Derechos humanos (Cenidh), un ente independiente.
“Demandamos el cese inmediato de las agresiones en contra de los que queremos la restauración de la democracia” y se “detenga la cacería de brujas” contra los manifestantes, exhortó el movimiento estudiantil 19 de Abril de Masaya.
Los estudiantes encabezan desde el 18 de abril las protestas más fuertes en los 11 años de gobierno del presidente Daniel Ortega, con un saldo de 45 muertos y más de 400 heridos, de acuerdo con el Cenidh.
El gobierno solo dio un balance de los fallecidos al inicio de las refriegas, contando 10 víctimas fatales.
La justicia por los muertos “solamente puede ser alcanzada con la renuncia incondicional de los tiranos y de su séquito de criminales. Consideramos como un asunto de primer orden la disolución de la dictadura y el restablecimiento de la democracia”, señaló el movimiento juvenil, en una referencia al gobierno de Ortega.
El presidente Ortega manifestó el 21 de abril la disposición de realizar un diálogo nacional para buscar una salida a la crisis política y social del país, con la mediación de la Iglesia católica.
Pero aún no se tiene fecha de las conversaciones y el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, exigió al gobierno y la policía “detener la represión”, para salvar la negociación.
Ortega y su esposa, Rosario Murillo, dirige las riendas de uno de los países más pobres de América Latina.
Los detractores acusan a la pareja de querer instaurar una dinastía familiar similar a la de Somoza (1936-1979), que fue derrocada con las armas por el entonces insurgente Frente Sandinista (FSLN, izquierda), ahora en el poder.
Ortega ha reducido sus apariciones públicas en los dos últimos años y delegado a Murillo, quien dirige la comunicación, la agenda oficial y a los ministros.
Ortega ha dirigido el segundo país más pobre de América Latina, después de Haití, en dos etapas: la primera desde 1985 hasta 1990, y la segunda, desde 2007, al vencer en las presidenciales celebradas un año antes y también en las de 2011.
Su cuarto mandato inició en noviembre pasado tras ganar unas controvertidas elecciones.