“Decían que esto no funcionaría”
María Dolores Gómez de Paredes es una de las tantas madres que tuvieron que emigrar a España para trabajar y buscar un mejor porvenir para su familia. Madre de tres hijas, decidió viajar cuando sus hijas Claudia, Liza y Pamela tenían 21, 22 y 17 años de edad, respectivamente.
Seis meses posterior a su viaje, su hija menor y su marido Víctor decidieron también ir a España, donde ambos acompañaron a María por tres años, pero luego retornaron a nuestro país a fin de que Pamela prosiga con sus estudios.
Doña María Dolores trabajó en ese país por 12 años, específicamente en la isla Tenerife, donde estuvo al cuidado de un joven minusválido que luego falleció por complicaciones y entonces quedó a cargo de la madre del joven. Según relata, enterarse del fallecimiento de varios familiares y el no poder estar presente marcaron los momentos más tristes que vivió estando en el lejano país.
Tras más de una década y juntando todos sus ahorros, optó por volver a Paraguay, donde se puso como meta encarar un negocio que pudiera sustentar a la familia. Fue entonces que exploró distintas alternativas de inversión, como supermercados, restaurantes, entre otros, hasta que surgió la idea de abrir una lavandería en su ciudad natal de San Bernardino, en el departamento de Cordillera. “Muchos me decían que era un negocio que no iba a funcionar porque todo el mundo tiene lavarropas”, expresa.
Sobre el tema, comenta que estando en España se informó sobre los equipos que necesitaría para abrir su negocio y dejando los prejuicios de lado se lanzó a este desafío que representa hoy un éxito y que lleva por nombre “Lavandería San Valentín”.
Su cartera de clientes está compuesta por empresarios y autoridades que cada fin de semana le encargan el trabajo del lavado de sus ropas. Dolores señala que debido a la alta demanda la lavandería trabaja a tope en las distintas estaciones del año. Asimismo, resalta que cuenta con la ayuda de sus sobrinas e hijas. Añade que el esfuerzo tuvo sus frutos, ya que sus hijas lograron obtener títulos universitarios y hoy en día trabajan en sus respectivas profesiones. Su hija Claudia es sicóloga empresarial, Liza es periodista y Pamela kinesióloga.
Por Desiré Cabrera, corresponsal.