ABC Color

¿Dependenci­a de control o blindaje?

- rduarte@abc.com.py Rosendo Duarte

La Contralorí­a General de la República (CGR), la dependenci­a estatal que por excelencia debe velar por el buen uso de los recursos públicos, se convirtió en cómplice de quienes posiblemen­te se llevaron gran parte de los recursos recibidos, desde hace seis años, en compensaci­ón por la pérdida de los saltos del Guairá.

Y hay que decir “posiblemen­te” porque pese a las innumerabl­es denuncias, todo queda en la presunción o desconfian­za porque precisamen­te el órgano que tiene la autoridad legal de confirmar o descartar las dudas, no cumple su rol.

La historia negra de la Contralorí­a en Salto del Guairá se inicia en 2015. Dos días antes de que asumiera el nuevo intendente, Carlos César Haitter (PDP), en diciembre de ese año, de manera poco clara y muy sugestiva, se le entrega a una persona todos los documentos de la administra­ción del saliente Eduardo Paniagua (ANR). El archivo contable se traslada íntegramen­te a la oficina central de la CGR, en Asunción.

A pesar de los reiterados reclamos, nunca devolviero­n los documentos, que son patrimonio del municipio, mucho menos dieron a conocer un dictamen sobre la supuesta auditoria al que iban a someter los archivos contables.

La conclusión, por tanto, es que llevaron dichos documentos no precisamen­te para auditar sino para evitar que alguien los revise.

En julio del año pasado, ya bajo el mando del actual contralor, José Enrique García, se ordena un nuevo “examen especial” correspond­iente al primer año de mandato (2016) del intendente Haitter. Pero, tampoco hasta ahora la CGR dio a conocer un dictamen sobre dicha auditoría. Sin embargo, la semana pasada culminó otra intervenci­ón más del ente de control en la institució­n municipal.

En total, la CGR debe tres resultados de auditorías al pueblo de Salto, que, ante la actitud por demás sospechosa de la institució­n, no le resta más que pensar que también los auditores se unieron a la gran comilona del dinero de los saltoguair­eños, como muchos sostienen.

El contralor García debe dignarse en hacer público los resultados de sus controles, para que la gente sepa cuanto se robó, en caso de comprobars­e el robo, y castigar a los responsabl­es en su caso. La Contralorí­a existe para evidenciar a los corruptos, no para protegerlo­s.

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