Masacran a un paraguayo y arrojan su cuerpo a un pozo
Un expresidiario paraguayo fue masacrado a golpes, baleado y su cuerpo arrojado a un pozo con agua, en un sector marginal de la ciudad brasileña de Ponta Porã, fronteriza con Pedro Juan Caballero. Una turba quemó posteriormente la casa del presunto homici
PEDRO JUAN CABALLERO (Cándido Figueredo Ruiz, de nuestra redacción regional). La víctima del brutal homicidio fue identificada como Ignacio Vega Servín, paraguayo, de 30 años, quien residía en una precaria vivienda montada en un terreno ocupado perteneciente a la exestación ferroviaria de Ponta Porã, al otro lado de esta frontera.
El compatriota eliminado acumulaba varios antecedentes en el lado brasileño, por robo, agresión, embriaguez e incluso intento de homicidio, de acuerdo con el historial que figura en la base de datos de la Policía local.
Los vecinos del sector donde se produjo el crimen dijeron que el paraguayo dirigía en su precaria casa un negocio de venta de drogas al menudeo, conocido en la frontera como “boca de fumo”.
Según los datos recogidos, los moradores dijeron a la Policía de Ponta Porã haber escuchado una fuerte discusión entre el paraguayo y otras personas durante la madrugada de ayer.
En el sector también se escucharon varios disparos, pero los vecinos no se animaron a salir a ver lo que estaba pasando, por temor a represalias.
Recién luego de que amaneciera un sujeto conocido con el alias de “Alemão” empezó a alardear entre los lugareños de que había matado al paraguayo Ignacio Vega Servín, quien en los registros brasileños figura como Inacio Vegas Servín, nacido el 18 de enero de 1988.
“Alemão” también contó que se deshizo del cuerpo al tirarlo a un pozo con agua.
Esta confesión, en principio, no fue tomada en serio por los vecinos, pero como el paraguayo no aparecía fueron a verificar el citado pozo y detectaron el cadáver en el fondo.
Varios videos que se viralizaron ayer en las redes sociales muestran el momento del retiro del cuerpo, que fue llevado a cabo por vecinos y familiares.
El paraguayo fallecido fue atado de pies y sacado desde el pozo de unos cinco metros de profundidad.
Más tarde los medios de prensa locales y algunos portales fronterizos informaron que una turba había incendiado la precaria vivienda del presunto autor del homicidio.
El establecimiento que fue allanado el martes pasado en un aparatoso procedimiento en Lambaré, supuestamente en busca de elementos de la organización criminal brasileña Primer Comando da Capital (PCC), en realidad era un desarmadero que contaba con todos los documentos y que al día siguiente fue habilitada por la Dirección de Desarmaderos de Automotores de la Policía (DISA).
Los propietarios del lugar, Gerónimo Raúl Flecha Carozo y Bruno Andrés Spatuzza González denunciaron la irresponsabilidad de los fiscales Hugo Volpe y Alicia Sapriza Gómez, quienes encabezaron el operativo juntamente con efectivos del departamento Contra el Crimen Organizado de la Policía.
Ambos empresarios señalaron que el desacertado procedimiento los afectó de sobremanera, tanto en el ámbito familiar como comercial, a más de que los agentes causaron destrozos en el inmueble y casi mataron del susto al sereno de la propiedad.
Por su parte el director de la DISA, comisario general Miguel Cardozo recalcó que el local ya contaba con casi todas las documentaciones requeridas para operar como desarmadero, solo les faltaba conseguir el permiso, que lo obtuvieron al día siguiente. Es más los propietarios tenían la declaración jurada de todo lo que había en el sitio, recalcó. Aparentemente, el allanamiento se dio a raíz de un mal procedimiento de los agentes intervinientes.