Falta de serenidad
El escenario político, con diatribas y acusaciones, demuestra que los dirigentes de Honor Colorado (HC) –encabezado por el presidente de la República Horacio Cartes y el presidente de la Junta de Gobierno Pedro Alliana– quieren el poder para sus privilegios. No se puede quebrantar la Constitución Nacional ni el país, como pretenden el mandatario Horacio Cartes y el expresidente Nicanor Duarte Frutos, que buscan jurar como senadores activos.
No es saludable para la democracia paraguaya empezar un nuevo periodo presidencial en medio de conflictos y peleas.
Los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, tienen la obligación de recuperar sus roles por el bien de la Patria y la ciudadanía. Significa que cada poder debe asumir el compromiso y actuar de contrapeso para evitar precisamente el abuso de poder y la violación de la Carta Magna.
El filósofo enciclopedista Barón de Montesquieu (1689 a 1755) tuvo la idea de división tripartita de los poderes para impedir los abusos y atro- pellos.
Esa división de las funciones sigue tan vigente en el sistema republicano y democrático representativo, que el Paraguay adoptó como forma de gobierno. El pueblo eligió el 22 de abril pasado a sus representantes para ejercer el trabajo de administrar con honestidad, velar por los intereses del país, legislar e impartir justicia para lograr la paz social.
Sin embargo, aquí parecería que cada quien entiende a su manera el rol que debe cumplir. Significa que no hemos salido de la idea criolla de mandar y hacer uso y abuso del poder político.
Ante la falta de entendimiento, el obispo de Misiones y Ñeembucú, monseñor Pedro Collar Noguera, hizo un llamado a la “serenidad” por el bien de la Patria y la ciudadanía, a fin de aquietar las aguas y asumir el compromiso en el marco de la Constitución Nacional y las leyes.
También los obispos del Paraguay exhortaron a las autoridades cumplir con el mandato constitucional. Es lo que corresponde: actuar a la luz de la razón y ajustarse a la Ley Suprema de la Nación.