Brasil refuerza acciones contra el contrabando en la Triple Frontera
Brasil lleva a cabo en la zona de la Triple frontera acciones conjuntas de las fuerzas de seguridad y fiscalización en la aduana, buscando contrarrestar el tráfico de mercancías, drogas y armas.
FOZ DE YGUAZÚ, Brasil (EFE). La seguridad fue reforzada recientemente en la frontera terrestre y fluvial con Paraguay, considerada la principal puerta de entrada de mercancías y armas ilegales al gigante suramericano, uno de los veinte países más violentos del mundo, según diversas organizaciones internacionales.
Brasil ha implementado acciones como el Programa de Protección Integrada de Fronteras (PPIF), que coordina la actuación de diversos órganos de seguridad y fiscalización.
Desde el último día de abril, para reducir la acción de los contrabandistas y traficantes, entró una nueva fase de la Operación Muralla en el municipio de São Miguel de Yguazú, en la que en mayo se incautó una tonelada de estupefacientes y se arrestó a nueve personas.
Las cifras son bajas en comparación con los números globales del tráfico ilegal en Brasil, pero según las autoridades obedece a que los contrabandistas y traficantes tienen redes en las que se advierte a través de mensajería instantánea sobre las acciones policiales y eso hace que muchos desistan de encarar a la Policía.
Además del operativo, que se realiza un poco más distante de los puntos fronterizos, ya en las carreteras con dirección a São Paulo, el más poblado y rico de los estados del país, se lleva a cabo paralelamente la Operación Frontera Integrada, con fiscales de la aduana, en el Puente de la Amistad, en Foz de Yguazú.
“Es una operación centrada en las caravanas de autobuses que estaban formándose aquí en la región de la Triple Frontera. Hay expectativa de que pasan unos 100 autobuses por día de Paraguay a Brasil cargados con mercancías”, señaló a Efe el auditor fiscal de aduanas Flavio Bernardino de Carvalho.
Los hoteles y posadas de la región son objeto también de múltiples redadas de la Policía y las márgenes del río Paraná son vigiladas por helicópteros del Ejército y lanchas de la Marina, pero por tratarse de una región frondosa muchos contrabandistas y traficantes cruzan la frontera a pie.
La actuación policial se extiende también al Aeropuerto Internacional de Foz de Yguazú, en el que el sistema de rayos X funciona las 24 horas del día, diferente de otros terminales aéreos del país en el que ese control es parcial.