Transporte público
Un problema recurrente que enfrentan a diario cientos de jóvenes que estudian en horario nocturno es la deficiencia del servicio de transporte público para retornar a sus casas. En los últimos días de frío la situación se volvió más crítica, debido a las largas esperas que deben realizar en la intemperie. El tema es de larga data, y pese a los reclamos de los usuarios, y alguna que otra demostración de interés de las autoridades por mejorar el servicio, al parecer les cuesta vencer la inercia. El transporte público es, como su nombre lo indica, un servicio público, por lo que existen determinadas reglas de orden público que deben ser respetadas, no solamente lo que manda la ecuación oferta-demanda. Los empresarios que prestan el servicio, sin embargo, se fijan solamente en la cuestión ganancia-beneficio, y por ello durante las horas de la noche, en que la cantidad de usuarios es menor, disminuyen su presencia en las calles. Pasadas las 22:00 0 23:00 desaparecen de escena y abandonan su itinerario y horario. El transporte público juega un papel más que importante para la movilidad social. Cuánta gente deja de participar en eventos culturales o acontecimientos sociales porque no tiene medios para ir y volver a sus casas. La proliferación de vehículos particulares en las calles, entre ellos las motocicletas, que se convierten en el único medio de movilidad confiable para miles de personas, genera como efecto “colateral” un caótico tránsito en la ciudad. Cuántos accidentes que involucran a motociclistas se evitarían si existiera un sistema de transporte público eficiente confiable, que garantice al ciudadano llegar a tiempo a su lugar de trabajo, de estudio, etcétera. Por esta razón, la iniciativa de la dirección de la Policía Municipal de Tránsito de Encarnación que busca coordinar esfuerzos e intereses entre el sector del empresariado del transporte y la administración comunal es plausible y merecedor del mejor de los resultados.