Esfuerzos heroicos por la educación
Profesores de Puerto Antequera viajan en canoa todos los días para impartir clases a niños de una escuela ubicada en la compañía Monte Alto. El camino de acceso a la comunidad está inundado.
Las maestras Inocencia Digallo y Evangelista Villalba viajan todos los días 45 minutos río abajo en una canoa y más de una hora río arriba para impartir clases a unos 20 alumnos de todos los grados de una humilde comunidad de pescadores en la zona de Puerto Antequera, San Pedro, que se quedó aislada por la inundación. Las transporta uno de los padres con su precaria embarcación, con la cual van alzando a escolares por el camino.
PUERTO ANTEQUERA, Dpto. de San Pedro (Omar Acosta, corresponsal). En la compañía Monte Alto, situada a orillas del río Paraguay, viven unas 40 familias de escasos recursos económicos que en su mayoría se dedica a la caza y a la pesca. La única calle de acceso a la zona está inundada por la riada.
En la comunidad funciona una escuela cuyos docentes superan diversas dificultades para poder impartir clases a los niños.
La profesora Inocencia Digallo es la directora de la institución, quien junto con su colega Evangelista Villalba, ante la falta de camino por tierra todos los días rompen las olas del río Paraguay desde Puerto Antequera hasta la escuela para enseñar a unos 20 alumnos del primero al sexto grado.
La travesía diaria en bote con motor (aguas abajo), de ida dura entre 40 a 45 minutos, mientras de regreso (aguas arriba) más de una hora de viaje.
El padre de un alumno se encarga de transportar todos los días a las profesoras y a algunos alumnos, que por el camino suben a la embarcación. La municipalidad paga ese servicio de traslado.
Los escolares provienen de familias dedicadas a la pesca en su mayoría. Algunos cruzan el río desde la zona del Chaco.
Las dos maestras implementan el sistema plurigrado, tres grados en cada sala.
En esta temporada de frío las docentes realizaron aportes para comprar algunos calzados y abrigos a los niños, que en gran parte acuden descalzos a recibir educación.
“Nos duele ver a nuestros alumnitos descalzos y nos unimos para comprar calzados. Son muy buenos los alumnos, sacrificados al igual que sus padres”, expresó Digallo.
Apeló a la colaboración de la ciudadanía para comprar más calzados y abrigos para los niños, como también salvavidas para que la travesía diaria en las canoas sea segura para las profesoras y niños.