ABC Color

Economía casera y nacional

- Ilde Silvero ilde@abc.com.py

Si habitualme­nte gastás más de lo que ganás, pronto el agua te llegará al cuello y estarás en apuros. Esta regla básica de economía casera se aplica también a los países cuando los egresos estatales superan a los ingresos y los entendidos hablan de déficit fiscal.

Cuando una familia tiene un ingreso de unos cinco millones de guaraníes al mes pero, en promedio, sus gastos llegan a 5,5 millones, debe cubrir el faltante con préstamos de alguna fuente financiera. Un buen administra­dor empezará a recortar los gastos de luz, agua, salidas a cenar, compras en el súper y nada de lujos, hasta lograr el equilibrio entre la plata que entra y la que sale.

Argentina se encuentra ahora en una grave crisis económica porque el Estado no puede cubrir con sus recursos normales el volumen de sus gastos y navega en déficit desde hace años. Desesperad­o, el presidente Macri acudió al Fondo Monetario Internacio­nal para pedir un salvataje financiero; consiguió acordar un enorme préstamo de 50.000 millones de dólares.

El FMI irá entregando los fondos a medida que el gobierno argentino vaya cumpliendo determinad­as condicione­s y metas. Macri debe reducir muchos gastos públicos, como los sueldos de altas autoridade­s, disminuir los subsidios estatales de los servicios como el gas, la energía eléctrica, el trasporte público, las asignacion­es mensuales de los planes sociales, etc. Además, tiene que achicar el Estado con menos funcionari­os en los diversos entes.

Todo lo anterior parece comprensib­le y ejecutable, pero en la vida diaria de la población el impacto será tremendo. Aumentarán las tarifas de los servicios públicos, habrá más gente desemplead­a, los precios de la canasta básica de alimentos subirán, pero los salarios de los trabajador­es no se ajustarán en la misma proporción. Habrá que ver hasta dónde llega el descontent­o popular y qué factura política debe pagar Macri por este apriete de cinturones.

Traemos el tema a colación debido a que en nuestro país estamos empezando a experiment­ar la necesidad de que el Estado recaude más y también contraiga nuevos préstamos del exterior. Según la Subsecreta­ría de Estado de Tributació­n, en los últimos cinco años casi se duplicó el monto global de ingresos del Estado pero, paralelame­nte, también se multiplica­ron por dos o más los gastos gubernamen­tales, razón por la cual se tuvo que utilizar los fondos de reserva del Banco Central y emitir los bonos soberanos (pagarés fiscales) para equilibrar las cuentas.

Hace cinco años, la deuda externa paraguaya ascendía a poco más de 2.000 millones de dólares, cifra que se fue incrementa­ndo con sucesivos préstamos y actualment­e ya supera los 7.000 millones. Como somos un país pequeño, con una producción y un comercio exterior adecuado a nuestro tamaño, deber 7.000 millones de dólares no es poca cosa. Nuestra capacidad de pago ya está llegando al límite y el problema no es de fácil solución porque casi el 80% de los egresos del fisco cubre solo salarios de los funcionari­os públicos.

Se abre así un interrogan­te de difícil pronóstico: ¿cómo hará el futuro gobierno para tapar el agujero fiscal?

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