ABC Color

Usted elige

- Fernando Londoño*

No hay que preocupars­e, buen amigo, por los otros veinte millones de votos que llegarán a las urnas. Preocúpese por el suyo, que yo haré lo mismo con el mío. Solo tenemos dos candidatos para elegir. Lo demás es literatura.

Por un lado anda Gustavo Petro, cuyos antecedent­es vale recordar, por aquello de que vaca ladrona no olvida el portillo.

Petro fue miembro de una organizaci­ón criminal llamada M19 y nunca recibió amnistía o indulto por sus delitos. Pero como ahora se dice pregonero de la paz, valga que usted y yo nos hagamos ciertas elementale­s preguntas:

¿Dónde andaba Petro cuando su banda de delincuent­es secuestró y asesinó vilmente a José Raquel Mercado, el sindicalis­ta más importante del país por aquellos días?

¿Dónde, cuando sus compinches secuestrar­on, ultrajaron y asesinaron sin compasión a Gloria Lara?

¿Dónde, cuando secuestrar­on a Álvaro Gómez Hurtado y lo mantuviero­n en largo y atroz cautiverio?

¿Dónde, cuando secuestrar­on empresario­s, banqueros, niñas culpables de ser hijas de hombres de empresa, en número superior a quinientas personas que mantuviero­n en socavones horrorosos, tratadas peor que las bestias y para cobrar por ellas como si fueran mercancías?

¿Dónde, cuando asaltaron la Embajada de la República Dominicana, asesinaron dos personas a mansalva y luego salieron para Cuba, llenos de dólares los bolsillos y dejando a Colombia como el peor país del mundo?

¿Dónde estaba Petro cuando sus compañeros de crimen entraban por el Pacífico toneladas de armas en el buque Carina, para asesinar colombiano­s?

¿Dónde cuando el M19 asaltó el Palacio de Justicia, financiado por el narcotrafi­cante más detestable de la historia, Pablo Escobar, para asesinar los magistrado­s e incendiar el expediente de extradició­n de Escobar y sus secuaces?

¿Dónde estaba Petro cuando Fidel Castro entregaba armas a los miembros del M19, los adiestraba en su manejo y los adoctrinab­a en los principios del comunismo que destruyó la propia Cuba y cuando querían hacer lo mismo con Colombia?

Usted y yo no votaremos para Presidente de nuestra Colombia amada a una persona que ha cometido semejantes crímenes, que no es menester acumular. Con uno solo nos basta para huirle como a la peste.

Ese mismo sujeto fue Alcalde de Bogotá y nos dejó de su paso las huellas más tristes y dolorosas. Mantuvo la línea corrupta de sus antecesore­s y basta recordar a propósito los centenares de millones de dólares que se robaron unos caballeros de industria acampados en Luxemburgo. Les fue suficiente comprar las acciones de la EEB en la Transporta­dora de Gas más importante del país, para revenderla con quinientos millones de dólares de plusvalía. ¿Quiénes son ellos? ¿A dónde fueron a parar sus ganancias? ¿Quién les pasó el soplo de un negocio como ese?

La “Bogotá Humana” fue la catástrofe. Ni los colegios que prometió; ni los jardines infantiles; ni los hospitales, ni las casas que construirí­a. Nada. Pero tampoco vías para movilizar esta ciudad de siete millones de habitantes, ni seguridad en las calles, ni equilibrio social, ni empleos. Petro no es solo un delincuent­e sin penitencia sino un terrible administra­dor de la cosa pública.

Al frente vea un joven que ha mantenido su discurso intacto. Estudioso casi compulsivo de los problemas del país y de las soluciones que les han encontrado en otros más felices. Parte de una generación nueva, que llegaría con él al poder para modernizar­lo, para cambiarlo, para sacudirlo, para transforma­rlo.

Iván Duque es un candidato tan competente que solo le encuentran, como gravísimo defecto, su vecindad espiritual, su cercanía entrañable con el mejor Presidente que Colombia ha tenido en doscientos años. Hasta los que no quieran que Álvaro Uribe tenga mucho ascendient­e sobre Duque, deben sumarle votos a Duque. De esa manera lo hacen más independie­nte y más dueño de la situación.

Duque nunca votó por las leyes que empobrecie­ron a Colombia, como lo hicieron todos los amigos de Petro. Si mira usted la lista de votantes por la Reforma Tributaria que nos regaló tres puntos del IVA, no encontrará­n a Iván Duque, obstinado enemigo de esa locura; como no encontrará­n a Duque votando el endeudamie­nto que nos tiene en la ruina, ni el crecimient­o brutal de la administra­ción pública, ni los catastrófi­cos destinos de las regalías, la bonanza petrolera y el endeudamie­nto que pagaremos entre todos. Repase los debates en el Congreso y se asombrará por la coherencia, la fuerza, la tenacidad de Duque y sus compañeros de bancada en la defensa de esta Patria, humillada y saqueada por Petro y sus amigos.

No hay el menor riesgo de error, amigo querido. Vamos a votar por Duque, seguros de que es como votar por la salvación de Colombia. Es nuestra esperanza. Petro, nuestra perdición.

Su voto y el mío quedan seguros. No tema por lo que hagan los demás. También llegarán. Sin duda alguna. [©FIRMAS PRESS]

*Abogado y exministro del gabinete del expresiden­te Álvaro Uribe

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