Suena a chantaje
Edwin Brítez
Se perfila un quinquenio nuevamente difícil para la institucionalidad de la república. Veremos cómo se ingresa a la nueva era con el juramento de los senadores para después fijarnos en otros detalles, como por ejemplo la consecuencia en las dos cámaras de los bloques cartistas ante el eventual no juramento de su líder como senador activo.
Ya tenemos un anticipo de lo que será en las palabras del diputado colorado reelecto por el cartismo Walter Harms. El mismo transmite el malestar de su grupo por la falta de comunicación de este sector con el presidente electo, Mario Abdo Benítez.
“Me gustaría que el presidente electo nos convoque… para saber si va a necesitar o no de nosotros… las negociaciones de la mesa directiva (de Diputados) están paralizadas por falta de comunicación… queremos saber cuál va a ser la línea de trabajo”.
Es fácil entender, el diputado Harms quiere saber qué tipo de favores el presidente electo está dispuesto a realizar a cambio del apoyo de los disidentes a las iniciativas del Poder Ejecutivo, porque haciendo comparaciones fáciles, el Ejecutivo que está terminando su mandato fue muy claro y contundente en cuanto a dar y recibir. Dicen que había un sobresueldo para quienes se prestaban a formar parte de la mayoría y al parecer Marito no dio ninguna señal de repetir la experiencia. Hasta ahora, por lo menos.
Lógicamente al expresar que las negociaciones están paralizadas por no comunicarse con ellos y que no saben si necesitan o no de ellos, está insinuando que el presidente electo prefiere trabajar con los opositores antes que con sus correligionarios. Por ende, al no saber los diputados qué quiere el presidente electo, están diciendo que ellos también pueden negociar la mesa directiva con los opositores y finalmente hasta pueden hacer mayoría con sectores de la oposición antes que con los demás colorados.
Suena a un estadio previo al chantaje. El presidente electo, institucionalmente hablando, debe enfocarse en formar un gabinete y tratar de moldear un plan de trabajo para gobernar desde el primer día, no después de que los diputados sepan a quién obedecer. A los diputados y senadores les corresponde por su parte definir la mesa directiva de las cámaras, haciendo negociaciones con sus pares, lo que pasa en el caso de Senadores por definir el polémico caso del juramento de los senadores cuestionados. A cada uno de ellos les corresponde hacer eso, a nadie más. De eso se trata la división de poderes.
Eso de que “no sabemos si va a necesitar de nosotros” no es un simple ñembyasyka (victimizarse) porque en el gobierno todos los que tienen la investidura de la representación necesitan de todos para hacer un buen gobierno, que es lo que sus representados esperan.