Una comedia sobre amigos atrapados en un largo juego
¿Qué podemos decir de un grupo de amigos que durante treinta años juegan al tuka’ê? Que son unos inmaduros, que han encontrado en este juego una manera de mantener la amistad nacida en la niñez. Muchas cosas pueden ser. El filme “Te atrapé” lo tomó como u
En efecto, “Te atrapé” está basada en una historia real: un grupo de amigos que un mes al año se reune para perseguirse y jugar a la mancha, como lo hacían en su niñez. El tema fue abordado por el diario “Wall Street Journal” hace unos años. La película está dirigida por Jeff Tomsic y cuenta con un reparto de buenos comediantes, como Ed Helms, un infaltatable en este tipo de filmes desde “¿Qué pasó ayer?”; la pelirroja Isla Fisher (no, no es Amy Adams) y Jon Hamm, que siempre supo darle un toque de humor a su personaje de Don Draper, en la serie “Mad Men”, entre otros más.
Jeremy Renner hace el mismo
personaje que ha hecho en filmes como “El legado Bourne” o la saga de los Vengadores. Pero combina bien con el grupo como el que nunca fue capturado en el eterno juego en que están involucrados estos singulares personajes.
Precisamente, Renner compone el eje alrededor del que gira la película. Luego de tantos años, decide retirarse del juego. Se va a casar y no invitó a ninguno de sus viejos amigos. Estos deciden asistir a la boda y tratarán de atraparlo. Ese es el sencillo argumento del filme, cuyo principal atractivo son todas las trampas que se ponen los amigos en capturarse unos a otros.
Una comedia sencilla, que atrae principalmente por su reparto. Un filme más de amigos inmaduros que no están dispuestos a soltar los lazos que los unían en sus años de niñez. Para ellos, es como si el tiempo se haya detenido; que sus amistades no evolucionaron con los años, sino que ha servido como escape a una existencia rutinaria.
El filme daba para más, tanto en bucear en el tema de la inmadurez como respuesta a la insatisfacción en la sociedad moderna, así como en ofrecer una propuesta más alocada o más arriesgada. Pero se queda en lo anecdótico. Entretiene, pero hasta ahí nomás.