Casos de pederastia siguen escandalizando a Chile
Un excanciller del arzobispado de Santiago fue detenido ayer bajo cargos de haber cometido “abusos sexuales reiterados” y “estupro con circunstancias de violación” contra siete menores en 2012. Los numerosos casos de pederastia cometidos por líderes de la Iglesia Católica continúan escandalizando al país.
SANTIAGO (EFE). La detención del sacerdote Óscar Muñoz Toledo, de 56 años, fue ordenada por el fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias, y cumplida por funcionarios de Carabineros en la capital chilena.
Muñoz, que además fue párroco de la iglesia Jesús de Nazareth en el sector santiaguino de Estación Central, se había autodenunciado por abusos ante la Oficina Pastoral de Denuncias y fue separado de su cargo el pasado enero, dos semanas antes de la visita a Chile del papa Francisco. El agravante de su caso es que era el encargado de recibir las denuncias en el arzobispado de Santiago sobre casos de abuso sexual en la Iglesia y, además, era asesor directo del cardenal Ricardo Ezzati, titular del arzobispado.
El pasado mayo, la Fiscalía abrió una investigación en su contra, tras darse a conocer los hechos que habrían afectado a cuatro menores, pero a la fecha actual los casos suman siete.
En el caso de Óscar Muñoz, los hechos ocurrieron presuntamente entre 2002 y comienzos de este año, cuando las víctimas tenían entre 11 y 17 años; cinco menores abusados son sobrinos del religiosos, otro corresponde a uno de sus acólitos y el restante es un joven que fue abusado en la ciudad de Rancagua en 2004.
El fiscal Arias afirmó que también investiga la hipótesis de encubrimiento de los abusos de Muñoz que podría involucrar altos jerarcas de la Iglesia chilena, entre ellos, los dos últimos arzobispos de Santiago, Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati.
El pasado junio, la Fiscalía ordenó la incautación de documentos y ordenadores en el obispado de Rancagua y en el Tribunal Eclesiástico, en Santiago. Buscaban expedientes canónicos, investigaciones previas y antecedentes que tuvieran relación con denuncias que apuntaban a un grupo de sacerdotes de la región de O’Higgins y que integraban una cofradía de abusadores denominada “La Familia”, caso en el que catorce curas fueron suspendidos.
Otras denuncias
Otros dos fiscales regionales, Raúl Guzmán, de la Fiscalía Metropolitana Sur, y Mauricio Richards, de la región del Maule, encabezan también indagaciones que involucran a religiosos católicos.
Guzmán indaga una serie de denuncias por abusos ocurridos desde hace años en colegios marianistas y Richards investiga acusaciones presentadas por el sacerdote Sergio Díaz contra algunos obispos y el nuncio apostólico, Ivo Scapolo, a los que achaca encubrir denuncias que presentó anteriormente.
Intervención papal
Los casos de abusos sexuales han conmocionado desde hace años a la Iglesia Católica chilena, y el pasado junio el papa Francisco aceptó las renuncias de cinco obispos, luego de que 34 miembros de la Conferencia Episcopal de Chile le ofrecieron sus cargos tras ser citados a El Vaticano por el Pontífice.
Dos de los cinco que fueron alejados, Juan Barros y Horacio Valenzuela, fueron acusados directamente de encubrir los abusos contra menores por las víctimas del párroco Fernando Karadima, caso en que el Papa debió enmendar su posición tras haber sostenido en un principio que las acusaciones eran calumnias.
El Pontífice invitó también a algunas víctimas a Roma, les pidió perdón y anunció cambios en la Iglesia chilena, tras señalar que su negativa inicial a creerles se debió a que recibió información falsa sobre la situación.
Alejandro Goic, otro de los obispos renunciados, admitió haber sido negligente por el caso “La Familia”, mientras Gonzalo Duarte, obispo de Valparaíso, fue acusado de abusos sexuales por seminaristas, novicios y sacerdotes jóvenes.