Trump y Putin elogian la cumbre “útil” para reencauzar relaciones
Los presidentes Vladimir Putin, de Rusia, y Donald Trump, de EE.UU., se reunieron por primera vez en una cumbre bilateral en Finlandia, en un contexto de tensiones sin precedentes desde la Guerra Fría. Ambas potencias nucleares prometieron reiniciar las c
HELSINKI, Finlandia (AFP). El encuentro solo con sus respectivos traductores duró más de dos horas en un salón del palacio presidencial de la capital finlandesa, Helsinki, que tiene una larga tradición como sede de cumbres Este-Oeste.
En Washington disgustó a muchos la decisión de Trump de sentarse a solas con Putin, preocupados por lo que podría negociar con el exjefe de espías de la KGB, después de haberse codeado con líderes autocráticos de China y Corea del Norte.
Ambos mandatarios salieron de su reunión expresando su deseo de cooperar en los desafíos globales, después de conversaciones sobre una serie de temas que incluyó desde Siria, Ucrania y China hasta la imposición de aranceles y el tamaño de sus arsenales nucleares.
De pie junto a Putin en una conferencia de prensa conjunta, Trump dijo que habían “pasado bastante tiempo hablando sobre” la supuesta injerencia electoral de Moscú en las elecciones de 2016 que ganó el actual presidente estadounidense.
Trump volvió a negar cualquier tipo de colusión entre su campaña y el Kremlin, mientras Putin sostuvo: “El Estado ruso nunca ha interferido y no planea interferir en los asuntos internos de Estados Unidos”.
Retrasos y gestos fríos
Los gestos expresaron más que las palabras en esta primera cumbre. Trump y Putin compitieron por llegar los últimos a la reunión, minimizaron el contacto físico y dejaron reflejadas sus tensiones en el incómodo pase de un balón de fútbol.
La impuntualidad es una marca registrada del presidente ruso, que en una ocasión hizo esperar más de cuatro horas a la canciller alemana, Ángela Merkel.
La reunión comenzó 40 minutos más tarde de lo previsto.
Trump, conocido por sus efusivos apretones de manos, evitó cualquier contacto físico con Putin al llegar, y solo le dio la mano durante dos segundos antes de que se fueran las cámaras.
Ese gesto supo a poco, especialmente comparado con los eternos trece segundos que pasó estrechando la mano del líder norcoreano, Kim Jong-un, en su cumbre de hace un mes en Singapur.
Sentados el uno al lado del otro en dos sillas de cuero, Trump se inclinaba hacia delante con las manos juntas entre las piernas, mientras Putin se reclinaba sobre su asiento.
Tanto en esa ocasión como en la conferencia de prensa, Putin fue el primero en hablar, y Trump pareció querer darle esa deferencia a su homólogo.
Al mandatario estadounidense le gusta dejar patente en gestos físicos su buena relación con líderes poderosos, pero Putin se mostró poco receptivo a esa dinámica, y no fue hasta el final de la conferencia de prensa que Trump se atrevió con una de sus señales predilectas de afecto: un apretón en el brazo.