ABC Color

Cloacas maloliente­s

- Mabel Rehnfeldt mabel@abc.com.py

Las cámaras de Diputados y Senadores de la República del Paraguay solían ser representa­tivas. Se han rebajado tanto que hoy son y huelen a cloacas, cámaras sépticas; en criollo, pozos ciegos maloliente­s.

Estas cloacas están cargadas con complicida­d, encubrimie­nto, connivenci­a, delitos, violación de la ley, impunidad e inmunidad; es el reflejo del concubinat­o con las injusticia­s e ilegalidad­es, una inmundicia. Con honrosas excepcione­s de algunos diputados y algunos senadores, la mayoría se presta a contuberni­os que tienen que ver con atracos al orden legal, a la Constituci­ón Nacional; encubrimie­ntos de delincuent­es y sus delitos cometidos. De a poco van pareciéndo­se más a un aguantader­o que a cámaras del Poder Legislativ­o.

El tufo maloliente que despiden quienes dicen representa­rnos se puede oler desde cualquier parte. Soberbios, indolentes, despreciab­les, indignos con su investidur­a, ruines, infames y repugnante­s. Salvan las miserabili­dades ajenas porque temen ser condenados por las suyas propias, y en ese vaivén de “yo te salvo, vos me salvás” arrastran nuestra democracia hacia un vertedero.

Les pagamos privilegio­s que la mayoría del pueblo no conoce: Salarios altos, bonificaci­ones, seguros médicos vip, secretaria­s, viajes, viáticos, combustibl­e, camionetas, bocaditos y vacaciones. Lo hacemos con la esperanza de que ejerzan mínimament­e con honorabili­dad, ya que hace tiempo nos resignamos a que no lo hagan con ciencia.

Estas cloacas cuentan con la existencia de una ciudadanía indolente. ¿Qué ha pasado con nosotros los paraguayos en estos últimos cinco años?

Nada parece haber quedado de aquellos días del 2013 cuando los paraguayos nos pusimos de pie y nuestras voces tronaron. El 14 de noviembre de ese año, #Los23 senadores salvaron al senador Víctor Alcides Bogado de ser investigad­o por la Fiscalía Anticorrup­ción por el caso de la niñera de oro, un caso exactament­e igual al de Ibáñez.

Ese salvataje maloliente de Bogado despertó la indignació­n ciudadana en un grado tal que todo se disparó como reguero de pólvora. Ese año, Caacupé recibió a sus peregrinan­tes con un enorme cartel donde NO se daba la bienvenida a ninguno de los 23 senadores que habían salvado a Víctor Bogado. Ni a Víctor Bogado, obvio.

La Costanera se vistió de rojo-blanco y azul en marchas bulliciosa­s, se cerraron puertas de comercios, sanatorios, universida­des, cines, restaurant­es, peluquería­s, shoppings a los cómplices y encubridor­es del senador Bogado. No importaba el tamaño del negocio y menos la importanci­a de la clientela, los servicios, bienes y productos se restringie­ron públicamen­te. Los escraches se reprodujer­on como hongos y los 23 senadores cómplices tuvieron que rectificar rumbos y despojar de sus fueros a Bogado.

Han pasado cinco años y la situación con José María Ibáñez es exactament­e igual a la de Bogado... pero la indignació­n está –con honrosas excepcione­s– en las redes. Nos creemos ídolos por pasarnos los memes con sus gestos y sus caras, burlarnos y reírnos... pero en realidad, son ellos quienes se ríen, y a ¡carcajadas! del pueblo que los mantiene.

Jaku’éke lo mitã. Del 2013 a ahora han pasado cinco años nada más... ¡son los mismos bandidos y somos la misma Patria!

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