¿Y los grandes?
Una organización que acopiaba y enviaba marihuana al Brasil, a través del río Paraná y la frontera seca de Salto del Guairá sufrió un duro golpe, esta semana, de parte de instituciones antidrogas. Cayeron ocho miembros de la banda y fueron decomisados casi 16 toneladas de la hierba, vehículos y lanchas.
En los días previos igualmente cayeron algunos distribuidores de cocaína e incluso un brasileño que acababa de adquirir cerca de 20 kilos de droga “Made in Paraguay”.
Con el operativo se confirmó lo que a aquí es un secreto a voces: la gran mayoría de las instituciones de seguridad: Policía Nacional, Fiscalía, Marina, Ejército, Aduanas, Puertos, etcétera, reciben dinero de los narcos para hacer la vista gorda. En los últimos tiempos la desvergüenza era total, al punto que ciertas “altas autoridades” se reunían frecuentemente con los narcos, en fiestas lujuriosas.
Sin embargo, los ocho detenidos y procesados por narcotráfico por el fiscal Marcelo Pecci y sus colaboradores son solamente un eslabón del negocio. Estos trabajan con el dinero que financia el negocio en la frontera, provenientes de los compristas del Brasil y de los prestamistas y grandes narcos de guantes blancos que aquí operan con este negocio.
La droga entró tan profundamente en la sociedad local que, como bien revelaba un exfuncionario de la fiscalía, “personas con pose de honorables que ni te imaginas se acercan a plantearte dividendos provenientes del tráfico”.
Aquí operan grandes manguruyúes sin ensuciarse la mano, quienes, tras el golpe asestado a sus transportistas y secretarios, solamente perderán unos pocos días para reorganizar “lo perdido” y el negocio seguirá campante, constante y sonante.
La Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD), los fiscales de la unidad especializada y el Estado en su conjunto deberían empezar a descabezar a los financistas de este gran negocio. Los eslabones que hoy tienen los antidrogas en sus manos, procesados, pueden servir para extraer toda la información necesaria para dar el verdadero “duro golpe” a quienes, con corbata y pose de honorables, manejan el negocio.