Impuestos y corrupción
Ante los casos de corrupción que diariamente salen a la luz en nuestro país, la reacción de querer dejar de pagar los impuestos correspondientes puede parecer hasta justificada.
Sin embargo, el deber de pagar impuestos implica que hay una parte de nuestro patrimonio que no nos pertenece como individuos, sino que pertenece al Estado. Por lo tanto, si alguna autoridad que administra fondos públicos de una u otra manera o los desvía en provecho propio, reaccionar no pagando los tributos no es otra cosa que unirse al festín de la corrupción.
Poner como excusa que no se pagará un impuesto porque considera a un intendente un corrupto, como lo expresó el ex senador Julio Pichín Quiñónez (ANR), días atrás, habla también muy poco de la honestidad del exlegislador como empresario. Esto teniendo en cuenta que lleva más de 22 años evadiendo el pago de la patente municipal.
El intendente de Tobatí, Dan González (PLRA), a quien Quiñónez acusó de corrupto lleva menos de ocho años administrando la Municipalidad. Es decir, para el exlegislador la corrupción al parecer siempre fue su excusa porque los catorce años anteriores a la administración de González tampoco pagó sus impuestos, de acuerdo a los datos.
Quiñónez dijo estar cansado de los corruptos, pero la única manera de acabar con la corrupción es con voluntad política. Para eso tendría que haber una cultura de la legalidad.
La voluntad política también se traduce en una justicia eficiente a la hora de castigar a los corruptos. Significa que quienes defrauden el erario paguen con cárcel en las prisiones, no en sus casas. Sin ningún derecho a reducción de pena; y que, además, se les expropien todos sus bienes y congelen sus cuentas.
Es decir, si el jefe comunal de Tobatí, Dan González (PLRA), es un corrupto tal como afirma Quiñónez, debe ser procesado y castigado, pero esto también implica que el exlegislador y exgobernador de Cordillera, Julio Quiñónez (ANR), deba sufrir la misma suerte, por ser un evasor de impuestos confeso.
La mejor prédica se da con el ejemplo, si vamos a exigir transparencia y denunciar la corrupción, es necesario comenzar cumpliendo con nuestras obligaciones de ciudadanos responsables. Una de ellas es pagar los impuestos que nos corresponden, sin excusas.