Analizarán caso por caso a diputados investigados
El presidente de Diputados, Miguel Cuevas (ANR, Añetete), dijo ayer que si hubiera más pedidos para la pérdida de investidura de otros diputados investigados por presuntos hechos de corrupción, se analizarán caso por caso.
El presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Cuevas (ANR, Añetete), visitó ayer al presidente electo Mario Abdo Benítez, en su residencia en Asunción. Consultado si dialogaron del caso del exdiputado José María Ibáñez (ANR, Añetete), quien admitió que robó al Estado y presionado por la ciudadanía renunció a su banca, dijo que Marito le ratificó que su posición era no intervenir en otro poder del Estado.
Insistido en que el caso Ibáñez afectó al movimiento Colorado Añetete, contestó que no. Alegó que “cada uno es responsable de sus acciones”. Consultado si acompañará otros pedidos de pérdida de investidura a otros colegas de la Cámara de Diputados imputados y acusados en la justicia por presuntos hechos de corrupción, respondió que se analizarán “caso por caso”. “Saben que como presidente si hay algún pedido tengo que hacer correr de inmediato. Vamos a ver cómo se presentan las cosas, veremos caso por caso en su momento”, expresó. Cuevas había votado el 1 de agosto pasado por la pérdida de investidura de Ibáñez.
Los procesados
Los diputados con procesos judiciales son: el diputado liberal efrainista Carlos Portillo (del Alto Paraná) está imputado por la fiscala Liliana Alcaraz por cuatro delitos: supuesto tráfico de influencias, cohecho pasivo agravado, soborno y asociación criminal.
El diputado colorado samanieguista Carlos Núñez Salinas está acusado. Cuando era titular de la firma Intercom Ingeniería SA despachó un lote de ruteadores por el que declaró US$ 17.706, pero en realidad eran decodificadores que US$ 1.026.028.
El diputado colorado cartista por Paraguarí Éver Rivas (imputado) tiene un caso calcado al de su excolega Ibáñez. Utilizó el mismo esquema de estafa al Estado al hacer figurar a sus tres caseros como funcionarios de la cámara. No quiere ser desaforado.
E l diputado de Canindeyú Teófilo Espínola (PLRA, efrainista), está imputado por un supuesto perjuicio patrimonial en contratos de obras en sedes estatales del interior del país. Solicitó su desafuero para ser investigado.
Quieren destituirle
totalizan
Liberales llanistas y algunos efrainistas sondearon los votos para remover del cargo a Cuevas, quien el 30 de junio pasado fue electo por un ajustado número de votos como titular de Diputados. Según fuentes, los liberales estarían disconformes con su administración por su manejo institucional. Los disconformes afirman que solo de su departamento, Paraguarí, nombró cerca de 200 funcionarios. Sin embargo, los azules no tendrían los 41 votos para cambiar a toda la mesa directiva.
Cuevas aseguró que no escuchó rumores sobre su cambio. Consultado si sus colegas le piden cargos, dijo que “siempre” y que trata de “solucionar”.
Pasó lo de Ibáñez y ahora los dedos acusadores apuntan al senador cartista Óscar González Daher, imputado por supuesto tráfico de influencias.
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En boca de urna, Peluquín encabeza una laarga lista de legisladores procesados por supuestos hechos de corrupción que deben dejar el Congreso.
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Hasta ahora le está protegiendo la Fiscalía General porque no mueve ningún expediente a nueve meses y medio de la divulgación de los audios filtrados.
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El Ministerio Público cree que González Daher sigue siendo intocable. Ni siquiera fue a declarar todavía.
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Imagínense, amables lectores de la columna: en Argentina, Brasil y Perú, por citar algunos países, hay una interesante cantidad de detenidos y con orden de captura por presuntos hechos de corrupción a raíz de audios filtrados o cuadernos que prueban los fechorías de estas autoridades.
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Acá la cobardía se apoderó de quienes dirigen la Fiscalía y la Justicia. Además, los políticos le hacen arrodillar a esta gente hasta humillarlos.
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González Daher (imputado) y su lugarteniente en el Jurado Raúl Fernández Lippmann (imputado) se burlaban de fiscales, jueces y abogados.
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Con la bendición de Peluquín, el “partner” hacía lo que quería. La pregunta es: ¿están presos? No. Uno ocupa su banca y el otro tranquilamente en su casa.