ABC Color

Se va un traidor

- Mabel Rehnfeldt mabel@abc.com.py

Horacio Cartes deslumbró con su discurso aquella luminosa mañana del 15 de agosto del 2013. Con sus antecedent­es, lograr algo así no era fácil.

Usó la pobreza como estandarte de las batallas que pelearía. Prometió trabajo digno, salud y educación. Aseguró combate a la corrupción y la insegurida­d, apoyo a la tercera edad y la juventud. Garantías para invertir en Paraguay. Sembró vientos de esperanza mencionand­o las palabras mágicas: imperio de la ley, justicia social, democracia y libertad.

Rápidament­e pasamos del deslumbram­iento al espanto. Y de allí a la traición. Traicionó los votos de 1.104.169 compatriot­as. Y su vileza terminó construyen­do una democracia de baja calidad para más de 7 millones de paraguayos.

Sus traiciones abarcaron un espectro tan grande que 40 líneas de un comentario dominical no le harían el favor suficiente (para que se lo rememore mejor, mañana entregarem­os nuestro diario con un suplemento de 48 páginas).

Juró preocupars­e por el medioambie­nte pero abrió las compuertas para una gran deforestac­ión en el Chaco, desmontó como 2.000 hectáreas y fue a plantar dos lapachos al Vaticano. El jueves último entregó nuestra soberanía en Yacyretá y traicionó a la patria... y 24 horas después fue el primero en aparecer para recibir los restos de los héroes de la patria –la mayoría de ellos perdió la vida defendiend­o al Paraguay–. Y todo esto sin palidecer.

Quizá una de sus últimas incoherenc­ias –no hay que perder la esperanza de que protagonic­e más en los días y horas que le quedan– sea la que tuvo con los estudiante­s. En su discurso de asunción presidenci­al les pidió: “Jóvenes de mi patria, ya no les puedo pedir paciencia, les pido sana rebeldía. Y como dijera el papa Francisco, si este Presidente no cumple con sus expectativ­as, hagan lío”. Estudiante­s de una decena de colegios lo obedeciero­n y acudieron el viernes último a la plaza a decir NO a la entrega de Yacyretá y pedir que los corruptos desalojen el poder. Junto a sus maestros y algunos padres, envueltos en sus banderas entonaron cánticos, hicieron discursos y reflexiona­ron.

El mismo viernes al mediodía, un colega preguntó a Cartes qué les respondía a los jóvenes que estaban manifestán­dose. “Balines de goma”, fue la respuesta.

Tardamos 4 años y 360 días para conocer al matón que lleva dentro; algunos pocos lo conocíamos de más antes, y avisamos, pero nadie hizo caso. Con mucha plata, pagó la gente, compró el partido y adquirió el asiento presidenci­al.

Ahora se va sin pena ni gloria. Y si un hombre se define por aquellos que lo rodean, en la soledad de la pérdida del poder y su inmensa riqueza, el viernes lo acompañaba­n ya solo un par de bufones mientras afuera el pueblo protestaba. Ni consumar acto inaugural de un polideport­ivo y su propia exposición de fotos pudieron. La mayoría de sus adulones ha saltado del barco y pelean por subir al nuevo a punto de zarpar.

Y es que se va un traidor. Y los traidores no suelen tener muchos amigos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay