ABC Color

Combatir o encubrir

- Rosendo Duarte rduarte@abc.com.py

Con las anotacione­s de los narcos encontrada­s en el último procedimie­nto de la Unidad de Informació­n Sensible (SIU) de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad y fiscales antidrogas de Asunción, en Salto del Guairá, quedó una vez más comprobado lo que es obvio y de conocimien­to generaliza­do en la zona de frontera. Casi el 100 por ciento de los funcionari­os de las institucio­nes de seguridad del Estado reciben dinero del narcotráfi­co.

Es más, son los principale­s beneficiad­os con este negocio ilícito, ya que con el único esfuerzo de “no hacer nada” o “hacer la vista gorda” se alzan con dineral cada semana, cada mes y con cada carga. Los cuadernos de anotacione­s hallados solo revelan una pequeña parte de lo que realmente mueve el tráfico de drogas en de Canindeyú. Los beneficiar­ios y los actores son muchos más.

Allí solo se hace mención al tráfico de marihuana que se produce en la zona baja de Canindeyú y se comerciali­za en la frontera mediante la complicida­d de todo el esquema de seguridad del Estado, incluyendo a uni- dades creadas con el exclusivo fin de combatir la droga como la Senad y el Departamen­to Antinarcót­ico de la Policía Nacional.

¿Qué se sabe del tráfico de cocaína, crack y otros derivados del polvo blanco? O, ¿acaso ese ámbito del tráfico es “inmune” hasta a los organismos considerad­os “no corruptos” de la Senad y la Fiscalía?

Indudablem­ente que los esporádico­s golpes que dan a ciertos niveles del tráfico de drogas es importante, pero absolutame­nte insuficien­tes.

Los cambios en la Policía y hasta en las FF.AA. que se generaron tras el sonado caso de las 16 toneladas de marihuana debe servir para rectificar rumbo, y no solamente para calmar la tormenta, y luego seguir todo igual.

El tráfico de drogas debe ser combatido desde el primer puesto policial ubicado en la zona de producción de la marihuana, y luego por cada comisaría, subcomisar­ía y patrullas policiales ubicadas sobre la ruta. Mientras eso no ocurra, los decomisos espectacul­ares solo servirán para el show mediático y quizá para tapar a los grandes narcos que pululan en nuestro país.

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