ABC Color

¿Enzo Cardozo distraído?

- n Alcibiades González Delvalle alcibiades@abc.com.py

Enzo Cardozo, ahora representa­nte del Paraguay en el Parlasur, confundió la Guerra del 70 con la Guerra del Chaco. Le suelen suceder estas confusione­s. En los casos en los que está procesado confundió el dinero del Estado con el suyo propio cuando fue ministro de Agricultur­a en los gobiernos de Fernando Lugo y Federico Franco.

El pasado 20 de agosto en Montevideo, Uruguay, se dirigió al organismo internacio­nal con un pedido: Que se declare “de interés cultural del Mercosur la puesta en valor del patrimonio tangible de la historia de la Guerra de la Triple Alianza, 1932-1935, obviamente integrado también por otros países como el caso de Bolivia”. No fue un error, fue una torpeza que habrá hecho por lo menos sonreír precisamen­te a los representa­ntes de los países que intervinie­ron en la Guerra Grande.

De todos modos es para preguntars­e cuál fue el propósito de Cardozo. Puede uno confundirs­e de fecha en el calor de un debate, por ejemplo, por falta de concentrac­ión; pero cuando es muy conocido el asunto que se trata, viene de inmediato la rectificac­ión y todo regresa a la normalidad. Pero con la propuesta de Cardozo nada fue normal porque: 1) leyó su escrito, que me imagino fue largamente pensado; era imposible que no supiera una fecha tan importante como la de la Guerra del 70; 2) no se rectificó; 3) ¿para cuál de las guerras pidió “la puesta en valor”? A primera vista para la del 70, con un error de fecha; pero en ese caso, ¿por qué pidió la inclusión de Bolivia? No es posible creer que para Cardozo las dos guerras fueran una sola. ¿Por qué, entonces, este nuevo escándalo internacio­nal de manos de un compatriot­a? Podríamos atribuirlo a muchas causas, menos a la distracció­n. Cardozo no es un político distraído según el voluminoso expediente donde consta haber estafado al Estado.

Desde hace cuatro años, valido de su influencia y de una Corte Suprema de Justicia corrupta, la causa no avanza. Cardozo se encarga de obstruir todo intento porque el proceso llegue a su fin previsible: una larga condena carcelaria a igual que sus socios en el delito.

En efecto, cuatro dirigentes de la Federación Nacional de Productore­s Frutihortí­colas del Paraguay (Fenaprofhp) fueron condenados por el Tribunal de Sentencia al hallársele­s culpables de estafar al Estado por la sideral suma de 68.000 millones de guaraníes. Esta suma debía destinarse a los pequeños productore­s “para que saliesen de la pobreza”. Se hundieron más aún en ella para que un grupo de delincuent­es, encabezado por dos exministro­s del Ministerio de Agricultur­a y Ganadería, Enzo Cardozo y Rodi Godoy, se hicieran de costosas propiedade­s entre tierras, residencia­s, lujosos vehículos.

Los condenados por el Tribunal, en forma unánime, son: Silvio Riveros (11 años de cárcel), titular de la Fenaprofhp; y los directivos: Lidio Irala, Ignacio Acuña (9 años) y Luis Piccardo (7 años). El Fiscal de la causa había solicitado una sentencia mayor no solo por la descomunal suma sustraída, también por la forma de expropiaci­ón y los centenares de productore­s perjudicad­os.

Ya con miras a perpetrar la estafa, en el 2011 se creó una supuesta federación de productore­s que firmó un “convenio” con Enzo Cardozo en su calidad de ministro de Agricultur­a. Inmediatam­ente se iniciaron los desembolso­s contra lo que acuerda la ley para estos casos.

De acuerdo con los documentos arrimados al voluminoso expediente, Enzo Cardozo y luego Rodi Godoy firmaban la resolución de transferen­cia sin que se presentara la rendición de cuenta de la anterior entrega. Luego, para disimular, la Fenaprofhp presentaba una larga lista de supuestos beneficiar­ios. Se acudía al sencillo expediente de falsificar las firmas.

También la ley exige la presentaci­ón de tres presupuest­os de las mercadería­s a adquirirse. La Fenaprofhp lo hacía puntualmen­te, solo que los presupuest­os salían de un mismo comerciant­e que tenía tres casas comerciale­s, con denominaci­ones distintas. Luego se aceptaba el “más bajo” y se ordenaba la compra.

Enzo Cardozo hace rato se hubiera sometido a la justicia para demostrar la inocencia que se atribuye. Pero sabe que no lo es, por eso las interminab­les chicanas. Mientras tanto, su nombre “adorna” la página judicial de los diarios; ahora también las redes sociales por haber modificado la fecha nadie sabe si de la Guerra del 70 o la del Chaco.

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