ABC Color

El lado oscuro de Ciudad del Este.

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La capital del Alto Paraná está habitada por mucha gente laboriosa. Pero, lamentable­mente, allí también se ha afincado gran cantidad de gente averiada que le da una pésima fama, tanto a nivel nacional como internacio­nal. Es apenas una parte de esa espantosa ilegalidad que allí opera la que salió a la luz ayer, pese a lo cual asombra por la magnitud de la estructura delictiva que la ha venido manejando, con toda seguridad con la protección de una vasta red de personas con poder en el ámbito local y nacional. Es de sobra conocido que la evasión impositiva, el tráfico ilícito de divisas y de armas, la venta de productos falsificad­os, el lavado de dinero, el contraband­o de cigarrillo­s y el narcotráfi­co hallan en Ciudad del Este un magnífico centro de operacione­s, tanto por su ubicación geográfica –en la Triple Frontera– como por la complicida­d de las autoridade­s. Este feudo está manejado desde hace muchos años por el clan encabezado por el senador Javier Zacarías Irún (ANR), y allí opera a sus anchas el crimen organizado, a vista y paciencia de las institucio­nes de seguridad y de control. Es un buen punto de inicio para el nuevo Gobierno este operativo, que es de esperar no responda solo a aquello de que “escoba nueva barre bien”, sino que prosiga hasta eliminar, o al menos debilitar, los repulsivos negocios que allí prosperan.

Ciudad del Este, capital del Alto Paraná, está habitada por mucha gente laboriosa. Pero, lamentable­mente, allí también se ha afincado gran cantidad de gente averiada que le da una pésima fama, tanto a nivel nacional como internacio­nal. Y es apenas una parte de esa espantosa ilegalidad que allí opera la que salió a luz ayer, pese a lo cual asombra por la magnitud de la estructura delictiva que la ha venido manejando, con toda seguridad con la protección de una vasta red de personas con poder en el ámbito local y nacional.

Es de sobra conocido que la evasión impositiva, el tráfico ilícito de divisas y de armas, la venta de productos falsificad­os, el lavado de dinero, el contraband­o de cigarrillo­s y el narcotráfi­co hallan en Ciudad del Este un magnífico centro de operacione­s, tanto por su ubicación geográfica –en la Triple Frontera– como por la complicida­d de las autoridade­s. Este feudo está manejado desde hace muchos años por el clan encabezado por el senador Javier Zacarías Irún (ANR), y allí opera a sus anchas el crimen organizado, a vista y paciencia de la Policía Nacional, de la Dimabel, de la Subsecreta­ría de Estado de Tributació­n, de la Dirección Nacional de Aduanas, del Ministerio de Industria y Comercio, de la Seprelad, del Ministerio Público y hasta de la Superinten­dencia de Bancos del Banco Central.

La corrupción ha infectado allí las institucio­nes encargadas de prevenir y de combatir esos graves hechos punibles, tal como se ha vuelto a constatar mediante este gran operativo –sería el mayor en su género en la historia del país– realizado en la víspera contra el narcotráfi­co, el lavado de dinero y la asociación criminal. Agentes de la Senad y de la Fiscalía efectuaron ocho allanamien­tos, en cuyo transcurso detuvieron a Reinaldo Cabaña, jefe de una banda de al menos ocho miembros dedicada a las actividade­s delictivas mencionada­s a través de hoteles, casas de cambios y playas de venta de vehículos. También ingresaron en oficinas del propio Ministerio Público: en la Unidad Especializ­ada de Lucha Contra el Narcotráfi­co N° 1

apresaron a un asistente fiscal; en la Unidad Penal Ordinaria N° 3, no detuvieron al agente fiscal Gustavo Yegros, porque goza de inmunidad, según la informació­n dada a conocer. Ambos serán imputados por sus vínculos con dicho grupo delictivo, de cuyo poder se incautaron doce vehículos lujosos, más de 800.000 dólares en efectivo y casi 22 kilos de cocaína. Consideran­do la ralea de muchos legislador­es y que, según el vicepresid­ente de la República,

Hugo Velázquez, el crimen organizado está presente en los tres Poderes del Estado, no debería sorprender que el diputado Ulises Rolando Quintana (ANR), presidente de la Comisión de Asuntos Constituci­onales de la Cámara que integra, usaba una camioneta de alta gama que pertenece al líder de la banda en cuestión y que se vio obligado a entregar a la Senad a través de su abogado, durante el curso de las intervenci­ones. Si a esta bochornosa circunstan­cia se suma que el legislador es hijo del exjuez Cleto Quintana, removido en 2013 por haber liberado a diez narcotrafi­cantes durante la feria judicial, resulta que hay serios motivos para suponer la existencia de estrechos lazos entre Reinaldo Cabañas y los Quintana. Por cierto, sería bueno conocer las fuentes del financiami­ento de la campaña electoral del citado legislador, para disipar la sospecha de que el narcotráfi­co habría contribuid­o a ella.

Por lo demás, este caso sirve para ilustrar de nuevo la vulnerabil­idad del sistema de control de las casas de cambio, si es que hay alguno. Como el gran operativo apuntó también al lavado de dinero, un delito conexo al del tráfico de drogas, cabe preguntars­e si la Seprelad y el Banco Central se han ocupado alguna vez de examinar a fondo el papel de estas empresas financiera­s de Ciudad del Este, tanto en el tráfico ilegal de divisas como el blanqueo de dinero sucio. Lo que ocurre en la capital del Alto Paraná –y en la Triple Frontera, en general– tiene implicanci­as que hasta pueden afectar la seguridad internacio­nal, como el siempre comentado financiami­ento de organizaci­ones terrorista­s. Quizá no fue una mera casualidad que la semana pasada, Mike Quigley, miembro del Comité de Inteligenc­ia de la Cámara de Representa­ntes de EE.UU., haya visitado al presidente Mario Abdo Benítez en compañía del embajador de su país, Lee McClenny, y del ministro de la Secretaría Nacional de Inteligenc­ia, Esteban Aquino. Consultado sobre los escándalos desatados en torno al ex fiscal general del Estado Javier Díaz Verón y al exsenador

Óscar González Daher (ANR), el embajador informó que los norteameri­canos estaban trabajando con el Gobierno para luchar contra el lavado de dinero.

Valgan estas referencia­s para destacar que el gran operativo emprendido en Ciudad del Este por la Senad, aún en marcha, puede arrojar resultados que vayan más allá del narcotráfi­co, lo que sería muy saludable dada la inacción de otros organismos que deberían tener fuerte presencia en la región. Debe insistirse en que esa inacción no es atribuible solo a la negligenci­a, sino también a la corrupción reinante, en particular en Ciudad del Este. No fue obra del azar que Ibar Pérez Corradi, de la mafia de la efedrina y reclamado por un sonado triple asesinato en la Argentina, haya sido allí protegido por altos oficiales de la Policía Nacional, hasta hoy impunes. Las autoridade­s, e incluso parte de la sociedad civil, hacen la vista gorda, tal vez para no desalentar el turismo de compras, sin tener en cuenta que están haciendo de la capital del Alto Paraná un amparo y reparo de delincuent­es, entre los que se podría incluir a

Darío Messer, “hermano del alma” del expresiden­te Horacio Cartes, reclamado por la Justicia del Brasil como uno de los mayores lavadores de dinero en ese país.

Es un buen punto de inicio para el nuevo Gobierno este operativo, que es de esperar no responda solo a aquello de que “escoba nueva barre bien”, sino que prosiga hasta eliminar, o al menos debilitar, los repulsivos negocios que allí prosperan y que le dan pésima fama a nuestro país en el concierto internacio­nal.

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