Nominaciones secretas
Senadores de la Asociación Nacional Republicana (ANR, Partido Colorado), del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y del Partido Patria Querida (PPQ) pensaban sesionar en secreto en la comisión de Asuntos Constitucionales del Senado para las comparecencias de los candidatos a la Corte Suprema de Justicia.
Los gritos del senador Paraguayo Cubas trabaron ese propósito y nos dieron tiempo, a todos los paraguayos, para darnos cuenta de que la “clase” política pretende, una vez más, tener ministros de la Corte sometidos a ella por cuoteo.
Lo de Paraguayo Cubas va adquiriendo, con el paso de las horas, dimensiones heroicas, pues él solo es quien entendió rápido cómo hacer para frenar a los sinvergüenzas. Por eso quieren echarlo del Senado cuanto antes.
Ver, por ejemplo, que lo de que la selección realizada por el Consejo de la Magistratura de las ternas para suceder a Miguel Óscar Bajac y a Alicia Pucheta de Correa no fue tan brillante como nos hicieron cacarear a todos los que trabajamos en medios mediante una fulminante campaña publicitaria realizada bajo el lema “los seis elegidos son inobjetables”.
Al Consejo de la Magistratura se le pasó, por ejemplo, investigar la tesis doctoral del candidato de los colorados a la Corte, Eugenio Jiménez Rolón, obtenida en un marco de claro conflicto de intereses, pues el candidato la presentó ante examinadores que estaban en relación de dependencia de él y violando las disposiciones reglamentarias referidas al tiempo requerido para la elaboración de la tesis, según la denuncia del abogado Édgar Atilio Galeano González.
La senadora Desirée Masi está gritando también, en el desierto, las inconsistencias del también secreto test psicotécnico y algunos promedios bajos.
Nadie que haya violado un reglamento de evaluación académica para obtener un grado y que se beneficie de una situación de conflicto de intereses debería integrar la Corte Suprema, pero Eugenio Jiménez es el candidato de los colorados que no quieren moralizar realmente al Poder Judicial, sino seguir como hasta ahora.
A cambio de dar sus votos para Eugenio Jiménez, los liberales, que también quieren seguir como hasta ahora, exigieron los votos colorados para Manuel Ramírez Candia, quien aunque no tenga hechos irregulares conocidos, es amigo de toda la vida del senador Blas Llano y, ciertamente, militante liberal por años.
Y el PPQ se suma a los votos de colorados y liberales a cambio de tener también ellos un lugar mediante el expediente de asegurarse la sucesión de la vacancia de Sindulfo Blanco o de destituir a César Garay mediante un absurdo juicio político originado por Horacio Cartes cuando era presidente.
La senadora Esperanza Martínez, del Frente Guasu, también reivindica abiertamente el cuoteo, de modo que no descarto que los votos de la coalición de izquierdas se sumen también a esta componenda repugnante.
Por lo descripto es que la “clase” política quiere que las sesiones de confirmación de ministros de la Corte sean secretas, alegando el artículo 97 del reglamento de la Cámara de Senadores, una rémora de 1968 de la dictadura de Alfredo Stroessner.