ABC Color

Evitar el escándalo

Mc 9,38-43.45.47-48

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Hno. Joemar Hohmann - Franciscan­o Capuchino

Para que uno sea auténticam­ente seguidor de Cristo hay ciertas conductas que tiene que adoptar y otras que debe evitar: el discípulo del Señor necesita hacer un discernimi­ento constante a la luz de su Palabra.

Por ello, el Evangelio nos exhorta a sustraerno­s al escándalo, lo cual es la actitud o comportami­ento que induce a otra persona a hacer el mal, y puede ocasionar al otro su muerte espiritual. Asimismo, es más grave según la autoridad de quien lo realiza y la debilidad de quien lo padece.

La primera forma de escándalo en el texto es uno juzgarse dueño de la verdad y de las únicas obras meritorias, al punto de impedir o despreciar al otro en sus iniciativa­s positivas, “porque no es de los nuestros”.

Este aire de prepotenci­a trae grandes daños a una familia o a un país, porque desune las fuerzas y crea dos grupos: nosotros, que somos “los buenos”, y ellos, que son “los malos”, a quienes debemos evitar y subyugar.

Jesús también hace una grave advertenci­a a los adultos, en cuanto a dar escándalo para los niños y jóvenes, afirmando ser mejor atar al cuello una piedra de moler y ser arrojado al fondo del mar.

Los adultos han de dar un afecto sincero a los niños, evitando toda clase de abusos, sea con palabras agresivas, sea el abuso sexual o el abuso que significa no inculcarle­s una justa disciplina.

A los jóvenes han de acompañar con diálogo sincero, tratando de infundirle­s sentido de responsabi­lidad personal, sin jamás querer comprar su amistad con regalos materiales. Es muy doloroso exigir de los jóvenes coherencia de vida cuando los adultos no la demuestran.

Para evitar los escándalos el Maestro sostiene que debemos “cortar el pie y arrancar el ojo”, lo que quiere decir que tenemos que huir de circunstan­cias, cosas o personas que nos llevan a caer y a desobedece­r a Dios. No es fácil poner en práctica esto, pues hay situacione­s que nos encantan, aunque nos hacen grandes males, como cuando uno obtiene inmensos beneficios, si bien con comportami­entos inmorales.

Ciertas cosas actúan como verdaderos ídolos, principalm­ente el dinero, y uno, a veces, vende su alma con tal de amontonar más.

Otras veces, no tenemos la fuerza necesaria para cortar una relación negativa, por ejemplo, con una amante, porque uno se siente enamorado, parece hechizado, y se pasa la vida jugando con fuego, hasta que se quema.

Nunca nos olvidemos que participar de la Misa todos los domingos nos fortalece para no dar escándalos. Paz y bien. hnojoemar@gmail.com

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