Razones y sinrazones para un pacto
Marcos Cáceres Amarilla
El expresidente Horacio Cartes eligió volver esta semana a la escena pública desde el lugar donde había empezado su incursión en la política: el ambiente del fútbol. Por boca de algunos voceros (ya que él no habló), nos enteramos de algunas cosas que habría expresado a sus fieles. Por ejemplo, que no quiere una unidad de cúpula mientras los dirigentes de base “son perseguidos”.
También habría dicho que hay una investigación selectiva de la Justicia a dirigentes cartistas sobre hechos de corrupción que se denuncian.
Asimismo, les habría recomendado a sus parlamentarios “que no pongan palos a la rueda” y que “apoyen los proyectos positivos para el país”.
O sea que, según estos voceros, Cartes habría hecho alarde de una gran falta de originalidad repitiendo lo mismo que decían antes dirigentes de Añetete, cuando él y su equipo estaban a cargo de la administración del país.
El mandato de la hora en el Partido Colorado, más allá de aclaraciones y a juzgar por las declaraciones, es la unidad más o menos granítica.
La duda es bajo qué condiciones o, eventualmente, a qué costo aspiran los dirigentes llegar al objetivo.
El presidente Mario Abdo Benítez, tras conversar con el presidente del partido, diputado Pedro Alliana, y hablar brevemente con el expresidente Cartes, lanzó un mensaje evidentemente dirigido al sector colorado que ahora es la disidencia: no habrá pacto que incluya impunidad.
Abdo Benítez se refería, seguramente, a la posibilidad de que la gente de Honor Colorado quiera la unidad colorada para que queden sin efecto los casos judiciales que involucran en estos días a varios dirigentes del partido oficialista, de ambos movimientos.
La postura del Mandatario se contrapone con la necesidad de un pacto con el cartismo, expresada por dirigentes de su mismo movimiento.
Aparentemente, muchos dirigentes colorados no conciben que haya sencillamente un manejo institucional en el partido de gobierno, con reglas de juego sencillas y claras para todos los sectores internos.
Dado que, evidentemente, no tiene sentido hacer acuerdos rimbombantes sobre lo obvio, se puede especular que en realidad este pacto se referirá a cuestiones concretas de interés de uno y otro equipo.
Estas pueden ser, por ejemplo:
1. Que se termine eso de dejarle trabajar en forma independiente al Ministerio Público y al Poder Judicial y que todos los políticos y “amigos” acusados de hechos de corrupción (o al menos todos los que se pueda sin que resulte muy bochornoso), de uno y otro lado, sean absueltos de culpa y pena y reivindicados.
2. No “molestar” más los negocios de los amigos, sea contrabando, narcotráfico o cualquier otra actividad lucrativa de ese tenor.
3. No investigar (de hecho, no es mucho lo que se está haciendo al respecto) las administraciones anteriores en cuanto a lesión de confianza, tráfico de influencias, violaciones a la ley, etc.
4. Proceder a una repartija de cargos en las instituciones publicas más o menos proporcional entre los dirigentes de base colorados.
5. Que los medios de comunicación propiedad de la familia Cartes dejen de publicar diatribas y burlas contra el Presidente de la República y su familia. Que continúen con su onda Diario Patria, pero a favor del gobierno colorado.
Y así, se podría incluir otros puntos más graves sobre cuestiones de las que seguramente ni siquiera nos enteraremos.
Si estas especulaciones surgen en el ambiente político se debe a que, hasta el momento, la gestión del Presidente no logra convencer de que sobrevivirá a las acechanzas de propios y extraños dentro de su partido.