Ministro de Justicia admite que la corrupción se apoderó de la cárcel
El ministro de Justicia, Julio Javier Ríos, reconoció que existe una red de corrupción que maneja los hilos dentro de la cárcel de Tacumbú, la cual está intervenida desde el lunes último.
ABC Color dejó al descubierto que menores de edad estaban ingresando a la prisión de Tacumbú en forma irregular, además de otros hechos graves que ya se habían denunciado en el Ministerio de Justicia con anterioridad. Recién tras las publicaciones periodísticas el ministro Julio Javier Ríos tomó la decisión de intervenir ese reclusorio y cambiar al director, Luis Villagra, quien aparecía en el centro de las quejas.
“Es un hecho gravísimo según la denuncia recibida. De oficio el Ministerio adoptó la resolución y dispuso la intervención de la Penitenciaría Nacional, se está investigando y se va a hacer un cambio masivo”, dijo el ministro Ríos sobre los hechos publicados.
“Tengo que reconocer que hay corrupción en el sistema penitenciario y es contra eso que estamos luchando”, señaló la autoridad.
El secretario de Estado fue más allá y también admitió que son ingresadas drogas dentro del penal, vulnerando el sistema de seguridad y acusó a los mismos funcionarios de ser los responsables de ello y que se está tratando de corregir.
Se refirió asimismo a la superpoblación y hacinamiento en el reclusorio y que tienen pocos funcionarios para hacer un buen trabajo (de vigilancia). Reconoció que se pagan bajos sueldos a los que trabajan en los penales y que hay mucho por hacer al respecto, para poder tener un sistema penitenciario limpio de corrupción.
El interventor nombrado por el ministro Ríos es Arnildo Caballero. Este funcionario, en un plazo de 90 días, deber elevar un informe sobre las irregularidades encontradas en el mayor centro penitenciario del país.
Según se supo, desde el lunes los funcionarios designados por el interventor ya se instalaron en la cárcel para realizar la labor de recolectar documentos y otros elementos para confirmar las denuncias.
Hay empleados que dejaron por escrito los hechos ilegales, como el ingreso de menores, de bebidas alcohólicas y otras sustancias al penal de parte de varios custodios bien identificados. El temor a ser “castigados” por los interventores ahora reina en el reclusorio.
Tras las denuncias, la primera medida de los interventores fue desalojar a los reos que se “adueñaron” de la sala de odontología con la autorización del entonces director Luis Villagra, según las denuncias.