“No hay lugar”
El servicio de salud pública se encuentra en uno de sus peores momentos. Uno de las áreas más afectadas es una Unidad de Terapia Intermedia (UTI) para adultos, niños y recién nacidos. Diariamente son atendidos recién nacidos que necesitan de manera urgente incubadoras para poder seguir viviendo. Es una realidad a nivel nacional y existe una imperante necesidad de aumentar la cantidad de camas en cuidados intensivos.
Sin embargo, la respuesta que reciben los desesperados familiares de los pequeños pacientes que recién tuvieron su primer soplo de vida es que “no hay lugar”. Deben esperar a que se libere una cama en algún hospital del sistema público o en hospitales privados que tienen acuerdos con el Ministerio de Salud. Lamentablemente muchos mueren antes de que llegue la anhelada noticia.
Esta situación se suma a la falta de insumos y medicamentos, desde los más básicos hasta los utilizados en patologías crónicas y graves.
Los familiares, que en su mayoría son de escasos recursos, tratan de hacer milagros para conseguir lo necesario para que el neonato tenga atención, una oportunidad de vivir.
Muchas veces, médicos, enfermeras, limpiadoras y empleados de otras áreas de los centros asistenciales públicos hacen “vaquitas” para ayudar. Mientras, los responsables de administrar Salud Pública y los recursos de nuestro país no muestran interés y capacidad para mejorar las condiciones de los servicios.
Las municipalidades, gobernaciones, el Ministerio de Salud y los tres poderes del Estado manejan millones de guaraníes que deben destinar a salud pública, pero no lo hacen y nadie les pide explicaciones de qué hicieron con el dinero. Mientras esta realidad no cambie, mientras la corrupción siga siendo el factor común en las instituciones del Estado, mientras continúe imperando la impunidad, con toda seguridad seguiremos siendo testigos de la desesperación de familiares de pacientes, adultos y niños, que claman por ayuda para salvar sus vidas. victor.barrera@abc.com.py