ABC Color

Boca y River vs. la Cumbre del G20

- Alejandro A. Tagliavini

El ómnibus del plantel de Boca Juniors, que iba a jugar la final de la Copa Libertador­es en el estadio de su rival, River Plate, dobló en una esquina donde los hinchas locales tiraron piedras hiriendo a jugadores. El partido se suspendió. Ahora todos intentan encontrar un responsabl­e, sin ir al fondo.

Las barras bravas tienen una conexión con la policía y los dirigentes las estimulan, como los políticos con los votos. Y el problema básico es la ausencia de derechos de propiedad bien establecid­os, ya que se rigen por legislacio­nes estatales deportivas –impuestas utilizando el monopolio estatal de la violencia– que establecen a los clubes como sociedades “de personas” y no de propietari­os.

Los socios pueden usufructua­r las instalacio­nes, pero no son propietari­os y, como los dirigentes tampoco lo son, solo les interesa su carrera política y no la propiedad del club. Así, a nadie realmente le importan los daños que provocan las barras a las que usan como “fuerza de choque” para su carrera política. Si los socios fueran propietari­os directos, entonces existirían estímulos para controlar los desmanes.

No hay violencia en el golf ni en deportes masivos como el béisbol o el fútbol americano porque los derechos de propiedad son claros y cada equipo y estadio tiene un dueño. Algunos clubes de fútbol ya se han convertido en sociedades de capital, anónimas. Así, no solo ha desapareci­do la violencia al desvincula­rse de la política y reemplazar las barras bravas por propietari­os responsabl­es, sino que los clubes se han transforma­do en empresas exitosas gestionada­s por profesiona­les.

Por caso, el fútbol de España fue parcialmen­te “privatizad­o” en 1990 permitiend­o a los clubes ser sociedades anónimas deportivas (SAD). La mayoría –salvo Real Madrid, Barcelona, Athletic Bilbao y Osasuna– son propiedad de inversores privados. Hoy el fútbol español es uno de los mejores.

Soccerex clasifica a los clubes con más poder financiero en este deporte que mueve globalment­e US$ 700.000 M anuales. Su último ranking se refiere al Índice Financiero de Fútbol (FFI, en inglés). En primer lugar, aparece una SAD, el Manchester City con un FFI de 4.883; en segundo lugar, el (SAD) Arsenal con un FFI de 4.559. Recién sexto aparece el Real Madrid –aunque, al no ser SAD, no paga impuesto a las sociedades– con un FFI de 2.579, y 13 el FC Barcelona con 1.626.

Los alemanes se ven parcialmen­te coartados ya que allí los inversores no pueden tener una participac­ión superior al 49% de un club. Los dos gigantes españoles, al no ser SAD, bloquean la posibilida­d de un gran inversor y, por cierto, si el Real Madrid se capitaliza­ra en la Bolsa, quedaría primero en el ranking. Boca aparece en el puesto 76 con un FFI de 0.191, seguido de River con 0.189.

Hasta antes de conocer dónde se jugaría el partido final de la Copa Libertador­es, Macri presionaba para que se realizara pronto y en el mismo lugar porque quería mostrarle al G20 que su Gobierno puede garantizar la seguridad pública y evitar los delitos… debió pensarlo antes, ya que el primero en llegar para la Cumbre fue el heredero saudí sospechado de descuartiz­ar periodista­s, y cuyo gobierno ya decapitó unos 200 en 2018, pero aunque Human Rights Watch pidió a la justicia local su detención, difícilmen­te se concrete y podrá moverse libremente.

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