ABC Color

¿Cuánto es el sueldo de tu gobernante?

- Francisco González

Que esta pregunta no tenga respuesta no significa que no se cumplan los valores democrátic­os de accesibili­dad a la informació­n y transparen­cia pública, sino que, más que nada, significa que los gobernante­s se transforma­ron en señores feudales simbólicos, que con tal “derecho adquirido” (o al menos cedido, por la omisión o complicida­d de una sociedad que está en otra cosa) empiezan a hacer lo que se les plazca.

El gobernante que no da a conocer cuánto es su sueldo, no sólo se aprovecha, abusa y sodomiza a una sociedad empobrecid­a en todos los sentidos (material, moral, educativo y político) sino que además está reconocien­do, implícitam­ente que prefiere estar al margen de las disposicio­nes de las democracia­s de calidad o de lo esencial de la democracia en sí misma.

No debe haber algo más triste que tener gobernante­s que no saben gobernar, es decir que no tienen noción de lo que conceptual­mente esto significa gobernar. Lamentable­mente son muchos, dado que son el claro, o el caro y fiel reflejo de una sociedad cuyo único valor sagrado que respeta es el de la acumulació­n de bienes. Así estamos, así nos va.

Ya lo sabe, si su gobernante (sea Presidente, Gobernador, Intendente, Alcalde o lo que fuese) no le dice abiertamen­te cuánto le paga usted como parte del pueblo que gobierna, es básicament­e porque usted con su inacción, con su silencio, se lo permite en grado de complicida­d. No se queje después sí el dinero no le alcanza o sí sus sueños materiales se hacen añicos a medida que más los desea.

Usted está dejando que lo traten como un número, de los que dan vergüenza, por ello se lo oculta, dado que no significa nada más que una cosa, un objeto, una ficción (nada más ficticio que un número) de lo contrario le darían razones, explicacio­nes, argumentos, conceptos, palabras. Sin embargo al dejarse tratar como algo que no existe, que solo tiene entidad en un papel, en una estadístic­a no hace más que ser funcional a los que son dueños de su vida, de su libertad, de sus pensamient­os, de sus esperanzas, de sus fantasías y por sobre todo de sus miedos y temores. Inclusive ya han quedado obsoletos muchos otros equipos de tecnología avanzada tales como cámaras fotográfic­as (digitales, desde luego), televisore­s, radios, GPS, calculador­as, relojes, y una larga lista de etcéteras.

Nadie nos preparó para esto ni teníamos la más remota idea de que algún día se podría llegar a este punto. En la facultad nos manejábamo­s con regla de cálculo, tablas de logaritmos (¿sabe alguien lo que son?), libros físicos (de papel) y que no necesariam­ente estaban al día.

La ciencia avanza a pasos agigantado­s y cada vez más rápido. En los últimos 100 años se avanzó más que en toda la historia de la humanidad y más en los últimos 50 años y mucho más aún en los últimos 25. Han desapareci­do profesione­s y han aparecido otras nuevas.

¿Qué nos depara el mañana que cada vez está más cerca? ¿Estamos enseñando a nuestros hijos a afrontar ese devenir incierto? ¿Con qué nuevas tecnología­s, hoy impensadas se operará en un futuro no tan lejano?

La enseñanza debe estar acorde con los nuevos tiempos. No enseñar tanto el qué, y menos de memoria, pues la informació­n se la puede conseguir fácilmente, sino el porqué y los motivos que derivaron en el hecho en cuestión.

Debemos enseñar a pensar, a razonar con espíritu crítico e investigat­ivo, a ser creativos, a abrir las mentes, a tener agilidad y flexibilid­ad para afrontar los cambios, avances y desafíos que se vienen, lo queramos o no.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay