“Acuerdo de paz”, en análisis
TEMBIAPORÂ (Víctor Daniel Barrera Burgos, de nuestra Redacción Regional). La Federación Nacional Campesina (FNC), regional Caaguazú, considera un retroceso al preacuerdo firmado el domingo pasado entre labriegos de Guahory y Pindo’i y productores de granos. Los líderes convocaron para la mañana de este viernes a una reunión con los ocupantes de tierras de Guahory para discutir y tomar una postura sobre el caso.
La firma del preacuerdo se cumplió en una reunión donde estuvieron el ministro de Agricultura y Ganadería, Denis Lichi; el presidente del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), Horacio Manuel Torres; representantes de la Policía Nacional, labriegos sin tierras y productores, quienes durante horas estuvieron conversando en pos de hallar una solución al conflicto que se vive en el área desde hace meses.
El preacuerdo consistió en que los ocupantes de tierras permitirán a los productores entrar en los predios en conflicto a realizar las pulverizaciones y cosecha de soja hasta que el Estado cumpla su promesa de comprar 322 hectáreas para la reubicación de “sintierras”.
Sobre el tema, el coordinador departamental de la FNC, Adrián Vázquez, manifestó que consideran el preacuerdo como un paño frío a las pretensiones de los “sintierras” y que 322 hectáreas es poco en vista a que son muchos los que necesitan. Dijo que con esa situación será imposible “negociar” y que en Guahory se seguirá con la resistencia contra los cultivos masivos.
Mencionó que así como están las cosas, no permitirán que los productores entren a trabajar en las tierras.
Por otra parte, unas 60 máquinas continúan en un predio de Juan Manuel Frutos, aguardando para un posible nuevo “tractorazo”, que será la respuesta de los productores si es que el preacuerdo no llega a concretarse y si el Gobierno no cumple con sus promesas.
El representante de los colonos, Jair Weber, dijo que los productores siguen “en vigilia” y sus tractores están en un punto de concentración del departamento, no en las fincas, ya que están preparados para volver a salir a las calles si así la situación amerita.