El PCC programa realizar revueltas en las prisiones
El grupo criminal brasileño Primer Comando da Capital (PCC) estaría planeando hacer rebeliones en serie en las penitenciarías del Brasil el 1 de enero, en coincidencia con la asunción al mando del presidente electo Jair Bolsonaro, informó la prensa del pa
El diario O Paraná, de la ciudad brasileña de Cascavel, informó ayer en su portal de internet que los servicios de inteligencia de las fuerzas de seguridad, que actúan en conjunto con algunos investigadores, identificaron un osado plan de la principal facción criminal de la nación vecina que tendría como principal foco de las acciones al estado de Paraná, limítrofe con Paraguay y Argentina.
De acuerdo con lo publicado en el medio brasileño mencionado, el PCC articula un amotinamiento en serie en los centros penitenciarios del país para el 1 de enero, día en que asume la presidencia del Brasil el ultraderechista Jair Bolsonaro, del PSL.
Las pesquisas apuntan como epicentro de los motines al estado de Paraná, cuyos reclusorios albergan a decenas de integrantes de la poderosa estructura criminal citada.
Las fuentes señalaron que el principal objetivo de estas revueltas carcelarias apunta a una reacción ante los frecuentes anuncios de endurecimiento de la lucha contra el crimen organizado de parte del Gobierno entrante, en especial del futuro ministro de Justicia y Seguridad, el exjuez Sergio Moro.
Crisis financiera y pérdida de dominio
Las fuentes de inteligencia brasileña indicaron también que el plan de revueltas carcelarias masivas se concretaría en momentos en que el PCC atraviesa una grave crisis financiera y que a causa de ello está cediendo terreno por el dominio de las rutas del tráfico de drogas en la frontera entre Brasil y Paraguay, principalmente ante el grupo criminal rival, el Comando Vermelho de Río de Janeiro.
O Paraná señala también que estos amotinamientos serían reforzados con ataques a los centros carcelarios desde afuera de parte de los “soldados” del PCC, quienes recibieron instrucciones de asesinar a los custodios y ayudar a escapar a los rebeldes.
Las fuerzas de seguridad brasileñas están en alerta máxima, informó.