Caso de los viáticos del TSJE, congelado
La denuncia de la Contraloría General de la República de un faltante de G. 10.000 millones en el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) continúa impune. Están investigados los tres ministros: Jaime Bestard, Alberto Ramírez Zambonini y María Elena
En marzo próximo se cumplirán tres años de que el Ministerio Público abrió una carpeta fiscal para investigar los G. 10.000 millones de viáticos que se utilizaron en la Justicia Electoral supuestamente para viáticos en el 2015 y que, según la Contraloría, no tenían documentos respaldatorios.
En esta causa por un lado fueron incluidos dentro de la investigación los ministros del TSJE Jaime Bestard, Alberto Ramírez Zambonini y María Elena Wapenka y por el otro la exdirectora de Administración de la institución Liliana Benítez Gneiting.
Pruebas fehacientes
Vda. de
Los ministros del TSJE, en agosto de 2016, llegaron a reconocer incluso las irregularidades denunciadas y se vieron obligados a devolver unos G. 140 millones que son apenas una ínfima parte de todo el faltante.
Como muestra, se mencionó el caso de Wapenka quien fue a España supuestamente para inscribir a compatriotas (¿una ministra?) por dos meses, aunque al parecer el viaje fue para visitar a su hija. La ministra cobró viáticos por estar en España y en la misma fecha cobró viáticos por supuestos viajes al interior del país.
Posteriormente se conocería que también Ramírez Zambonini y Bestard tenían la misma práctica, es decir, cobrar viáticos localmente cuando en realidad estaban fuera del país.
En su momento los ministros del TSJE tiraron toda la responsabilidad del hecho sobre la exdirectora administrativa Liliana Vda. de Gneiting.
Sin indagatoria
Ante las evidencias y semiplenas pruebas de hechos punibles, Liliana Benítez Vda. de Gneiting fue llamada por la Fiscalía a audiencia indagatoria en dos ocasiones. Sin embargo, la exgiradora del TSJE nunca se presentó y evitó comparecer ante el fiscal.
Hace como un año que la causa está a cargo de la fiscala Josefina Aghemo, con quien intentamos contactar, pero la misma no respondió las llamadas ni los mensajes. De esta forma, el caso sigue totalmente impune.