Parlamento, aún dividido por Brexit
LONDRES (EFE). El Reino Unido afronta la última semana antes de que el acuerdo de su salida de la Unión Europea, conocida como Brexit, se someta finalmente a votación parlamentaria el próximo 15 de enero, con las posturas de detractores y defensores del pacto cada vez más radicalizadas.
Lejos de haber acercado posiciones, el receso navideño concluyó ayer con la Cámara de los Comunes igual de dividida que como terminó el año.
El líder del principal partido de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, elevó el tono de sus críticas al Gobierno de la conservadora Theresa May, al calificar su acuerdo como “el monstruo de Frankestein”.
A menos de tres meses del 29 de marzo, en que Reino Unido debe salir de la UE, el país siguen sin ratificar un acuerdo que le permita hacerlo de forma ordenada, evitando un Brexit brutal que tendría caóticas consecuencias.
La Cámara de los Comunes debía votar el texto el 11 de diciembre, pero ante la evidencia de que se encaminaba a un estrepitoso fracaso, May anuló la sesión y afirmó que pediría nuevas garantías a sus socios europeos. Emprendió así una gira por varias capitales antes de una cumbre en Bruselas de la que no sacó nada.
Los defensores de una salida neta de la Unión Europea consideran que el acuerdo hace concesiones inaceptables al bloque y no respeta los deseos del 52% de británicos que en 2016 votaron en referéndum a favor del Brexit. Su bestia negra es el denominado “backstop”, un mecanismo ideado para evitar una frontera dura entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte por temor a debilitar el Acuerdo de Paz que en 1998 puso fin a 30 años de sangriento conflicto.
El ala más dura del partido de May teme que se acabe manteniendo a Reino Unido indefinidamente atrapado en las redes europeas.