Segunda condena por corrupción a Lula da Silva, por otros 12 años de prisión
El expresidente de Brasil, Lula da Silva (73), que desde abril de 2018 purga una condena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero, fue sentenciado ayer a otros 12 años y 11 meses de prisión en otra causa. En total, acumula 25 años de pena.
SÃO PAULO (AFP). Un tribunal de primera instancia de Curitiba estimó que el exmandatario, de 73 años, se benefició de reformas en una hacienda en Atibaia (interior de São Paulo) ofrecidas por constructoras, a cambio de su mediación para obtener contratos en Petrobras.
Las penas de prisión en Brasil son acumulables, pero en total no pueden exceder los 30 años. Con dos sentencias, el exgobernante ya suma 25 años de cárcel, por lo que si ambas condenas son ratificadas en la Corte Suprema, estaría de por vida en prisión.
La magistrada Gabriela Hardt concluyó en su sentencia que “la culpabilidad de Lula es elevada”, pues “recibió ventajas indebidas en función de su cargo de presidente de la República, de quien se exige un comportamiento ejemplar”.
Hardt sustituyó al exjuez y actual ministro de Justicia, Sergio Moro.
La condena se dio en el marco de la Operación Lava Jato (lavadero de autos), que desde 2014 inculpó o enjuició a decenas de empresarios y políticos de primer plano, relacionados con una red de sobornos centrada en la petrolera estatal.
Lula se declara inocente y denuncia una conspiración político-judicial para impedir que el Partido de los Trabajadores (PT), del cual fue cofundador, vuelva al poder.
La noticia, con un retrato de Lula, fue tuiteada por el presidente conservador Jair Bolsonaro, quien durante la campaña prometió que, de ser electo, el exlíder sindical iba a “pudrirse en prisión”.
El exgobernante enfrenta en total ocho causas separadas por cargos de corrupción y lavado de dinero, la mayoría vinculadas a la defraudación a la estatal Petrobras e investigada por la operación judicial “Lava Jato”.
La primera sentencia de cárcel para Lula llegó en julio de 2017, cuando el por entonces juez Sergio Moro le condenó a nueve años y medio de prisión por corrupción pasiva y blanqueo de dinero.
El ahora ministro de Justicia de Bolsonaro le consideró beneficiario de un apartamento en un balneario paulista ofrecido por la constructora OAS a cambio de su mediación para obtener contratos en Petrobras.
En enero del año siguiente, un tribunal de segunda instancia elevó la pena a doce años y un mes de reclusión, que Lula comenzó a cumplir el pasado abril.
La jueza también condenó a varios empresarios: el expresidente de OAS José Pinheiro Neto (1 año y 7 meses de prisión); a Emilio Odebrecht (3 años y 3 meses de cárcel), y a su hijo Marcelo Odebrecht (5 años y 4 meses de detención).