Trump y Kim muestran optimismo al inicio de su cumbre en Vietnam
El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el dictador norcoreano, Kim Jong Un, se reunen en Hanói, mostrando optimismo de que esa diplomacia personal traerá acuerdos sobre las armas nucleares norcoreanas.
HANÓI (AFP). “Pienso que será muy exitosa” dijo Trump en referencia a la cumbre, antes de comenzar una reunión de dos horas y cenar junto a Kim en un hotel en la capital vietnamita.
La cita se reanuda hoy y finalizará con una ceremonia de firma de acuerdos aún no especificada.
Este encuentro de dos días es la segunda parte de la reunión histórica de ambos líderes en Singapur en junio pasado, dentro de la política de acercamiento iniciada por Trump.
Se dieron la mano y sonrieron frente a una tarima con una docena de banderas de Estados Unidos y Corea del Norte, y respondieron brevemente a preguntas de los periodistas antes de comenzar las conversaciones personales y luego cenar.
Ni Trump ni Kim dieron indicios precisos sobre los avances concretos que podrían ser anunciados el jueves, el segundo y último día de esta cumbre en la capital vietnamita.
Desarrollo y paz
En la cena, Trump estuvo acompañado por su secretario de Estado, Mike Pompeo, y por su jefe de gabinete, Mick Mulvaney. Kim Jong Un contó con Kim Yong Chol, su asesor de confianza que ya estuvo en la Casa Blanca, y con Ri Yong Ho, el ministro de Relaciones Exteriores.
Horas antes de esta nueva cita el presidente estadounidense prometió nuevamente a su “amigo Kim Jong Un” un desarrollo económico espectacular si Corea del Norte acepta finalmente renunciar a su arsenal nuclear.
Trump puso como ejemplo a Vietnam, un país comunista que abrazó el capitalismo, así como la gigante China.
Criticado por sus adversarios del Partido Demócrata, que dicen que no hay resultados tangibles, Trump les respondió que más bien se pregunten “por qué no lo hicieron durante los ocho años (de presidencia de Barack) Obama”.
Los responsables de los servicios de inteligencia estadounidenses estiman que el dirigente norcoreano está determinado a conservar el arma que considera la clave de la supervivencia de su régimen.
Trump buscaría algún avance, como el desmantelamiento del reactor de Yongbyon, el principal complejo atómico norcoreano.
Asimismo, se podría tratar la apertura de una oficina de contacto o una declaración para poner fin oficialmente a la Guerra de Corea, que terminó en 1953 con un simple armisticio.
Trump insiste en que no tiene prisa en convencer al Norte de que renuncie a su arsenal nuclear, mientras el país siga sin realizar disparos de misiles.