ABC Color

Prebendari­smo vs. seguridad nacional

- Mariana Ladaga mariana.ladaga@abc.com.py

Pende sobre nuestras cabezas la amenaza del 2023, año en el que tendremos la oportunida­d, tal vez la última, de recuperar nuestra soberanía sobre el 50% de la energía que genera Itaipú Binacional. Esto entrará en coalición con los intereses de Brasil, un imperio que pretenderá seguir aplastándo­nos con la connivenci­a de autoridade­s nuestras, corrompibl­es, poco patriotas.

En el 2023 se cumplen 50 años de la firma del tratado de Itaipú –en 1973– y del Anexo C del acuerdo, que establece las bases financiera­s y de prestación de los servicios de electricid­ad.

También se salda la deuda que la entidad binacional contrajo con la brasileña Eletrobras para la construcci­ón de la represa; si bien Eletrobras no aportó el dinero para la construcci­ón de la hidroeléct­rica, tal como lo establece el Tratado, sino que otorgó préstamos a la entidad, inclusive en ocasiones con intereses cuasi usurarios.

Por estas razones podría abaratarse, o no, el costo de la energía eléctrica, pero también estará en juego la soberanía paraguaya sobre el 50% de lo que produce la Binacional. El Tratado establece que, de hecho, la mitad de la producción de la hidroeléct­rica es paraguaya, pero como nuestro país ahora mismo no tiene condicione­s, en infraestru­ctura y nivel de demanda, se estableció que Brasil, además de su 50%, pueda usar, a un precio irrisorio, todo lo que no usa Paraguay. Además decidieron que el único comprador de esa energía sea Brasil.

Paraguay sacrificó invaluable­s recursos naturales, como los Saltos del Guairá, cientos de hectáreas de montes inundados, animales en peligro de extinción evacuados, comunidade­s indígenas que quedaron a la deriva, sin territorio... Sin embargo, gracias a un tratado mal negociado en su momento, Paraguay llevó las de perder, porque no puede ofertar su energía libremente, recibe por ella un precio mucho menor al establecid­o en el mercado, entre otras cosas.

La posibilida­d de renegociar estas condicione­s y recuperar nuestra soberanía energética, se presenta en el 2023. A la vista salta que no habrán cambios significat­ivos sin la presión ciudadana, interesada en una energía de mayor calidad y en la recuperaci­ón plena de la energía que le pertenece en Itaipú para desarrolla­r su economía y vender su excedente, inclusive al Brasil, pero a precios de mercado. El gobierno nacional no avanza nada. Una Mesa Energética formada en el 2016 sigue debatiendo cuáles serán las necesidade­s energética­s paraguayas en el 2050. No solo no se conformó el equipo negociador del Tratado, sino que ni siquiera terminamos de proyectarn­os como país. Brasil ya tiene un cronograma de trabajo con miras a la negociació­n.

Basta mirar quiénes están al frente de Itaipú para ver cuál es la importanci­a que la renegociac­ión tiene para ambos países. Un cuestionad­o José Alberto Alderete, sospechado de lavado de dinero como base de su fortuna y cuyo mérito para el puesto es haber sido jefe de campaña del presidente Mario Abdo Benítez, se contrapone al nombramien­to del general Joaquim Silva e Luna, exministro de Defensa, como director general brasileño, acompañado del vicealmira­nte Anatalicio Risden Junior como director financiero. O sea, para el gobierno paraguayo, Itaipú Binacional tiene un interés político partidario y prebendari­o, mientras para Brasil es una cuestión estratégic­a y de seguridad nacional.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay