ABC Color

Deforestac­ión salvaje

- Manuel Franco

Los plebeyos están procediend­o a la destrucció­n sistemátic­a de la naturaleza con fines lucrativos. Esto se puede constatar sobre todo en el Chaco y Zonas del Guairá y Caazapá. La naturaleza es de la humanidad, no pertenece al Estado, a ningún particular, ni órgano alguno. El propietari­o de un inmueble puede disponer del mismo siempre que no afecte a terceros y que no afecte a la naturaleza.

El medio ambiente se relaciona con la salud; y la salud con la vida; y cuando la vida está en peligro, es la vida la que está por encima de la Constituci­ón, las leyes, y el Estado. Nadie puede dictar leyes ni órdenes en contra de la vida, es decir en contra de la naturaleza; y el órgano que la dicta comete un crimen de lesahumani­dad.

La única manera de salvar la flora y fauna es través de la anímalizac­ión de los humanos. Esto significa que debemos educar, conciencia­r, especialme­nte a los marginales, a practicar el sistema de vida, y la conducta de los animales que viven en armonía con la naturaleza, sin dañarla. Algunos animales matan solo por la necesidad de alimentars­e y defender su vida y territorio.

En la defensa de la naturaleza deben involucrar­se las iglesias de todas las denominaci­ones, ya que la natura es obra de Dios. Tenemos mucha religión y poca acción. La Iglesia Católica sigue con su sistema arcaico de misas rutinarias, sin preocupars­e por la naturaleza, al contrario fomenta y avala el avasallami­ento de la naturaleza, ya que en las fiestas patronales de los pueblos propicia las corridas de toros y riñas.

En la lucha por el Medio Ambiente todos debemos estar en la primera línea, en la vanguardia, en la escena del delito, protestand­o, denunciand­o y escrachand­o a la mafia depredador­a

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