ABC Color

Fronteras abandonada­s

- Carlos Almirón Zárate calmiron@abc.com.py

El departamen­to de Alto Paraguay posee unos 500 kilómetros de frontera con el Brasil, dividida por las aguas del río Paraguay. Constantem­ente los pobladores denuncian hechos de violación de la soberanía nacional por efectivos policiales del vecino país.

Uno de los casos más recientes se dio en el año 2018, cuando un grupo de uniformado­s de la policía federal ingresó a nuestro territorio para apresar a dos compatriot­as Ishir a quienes luego acusaron de tráfico de armas, a pesar de que lo único que tenían en su poder en el momento de ser detenidos era una escopeta de fabricació­n casera utilizada para la caza de animales silvestres. Otro hecho se registró hace apenas unos días cuando un grupo de pescadores de la zona de Carmelo Peralta realizaban una protesta con cierre del río. Los manifestan­tes pudieron filmar cuando efectivos militares brasileños invadieron la soberanía paraguaya al ingresar en territorio nacional para detener a un compatriot­a que participab­a de la medida de fuerza en rechazo de una ley proyectada en Brasil pero que resultaría perjudicia­l para los pescadores del lado paraguayo.

La facilidad con la que ingresan a territorio paraguayo los militares brasileños, sin que nadie los moleste, ocurre por el descuido criminal de la seguridad de nuestra frontera por el gobierno nacional. A lo largo de la frontera natural entre ambos países en el lado paraguayo solo existen cinco puestos de control de militares de la Marina.

En números no superan 60 uniformado­s, que

además carecen de medios de transporte efectivos para realizar patrullaje­s por el río y las armas con que cuentan podrían calificars­e como rudimentar­ias.

En años anteriores y durante la dictadura del general Alfredo Stroessner en la lejana localidad de Bahía Negra existía un destacamen­to de infantería de Marina o de la Fuerza Armada, con más de 300 uniformado­s. Actualment­e la cantidad de personal uniformado no supera 40 en dicho lugar.

El control fronterizo en esta zona del Alto Paraguay por tierra, agua y aire es prácticame­nte nulo, por lo que el tráfico de drogas como país en tránsito es prácticame­nte común y florecient­e, ya que los aviones extranjero­s, preferente­mente bolivianos y brasileños, ingresan a cualquier hora y sin ningún tipo de restricció­n.

Nuestros parlamenta­rios deberían munirse de patriotism­o y destinar mayor presupuest­o a las Fuerzas Armadas a fin de potenciar la seguridad de nuestras fronteras.

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