Becas de la vergüenza
Las becas de Itaipú nacieron para acortar la brecha de desigualdad socioeconómica que reina en nuestro país, no para hacer más ricos a los ricos y humillar a los pobres. Hoy vemos cómo otorgaron becas a jóvenes con buena posición económica, o por lo menos que tienen la oportunidad de realizar viajes que un asalariado común jamás lo podría hacer.
Qué falta de honestidad en estos jóvenes, qué falta de empatía con los más necesitados, que tristeza me da esta nueva casta de pedazo de futuro de nuestro país totalmente insensible con aquellos jóvenes que no tuvieron ni tienen sus mismas posibilidades.
Duele saber que conociendo perfectamente el reglamento de las becas de Itaipú que dice claramente que está destinada a jóvenes de familias de escasos recursos igual se hayan presentado sacándoles el lugar a aquellos que no tuvieron oportunidades de un crecimiento libre de necesidades cotidianas, libre de necesidades alimenticias, libre de pobreza.
Las becas de Itaipú son para estudiantes de escasos recursos económicos con promedio 4 y 5, y que pasaron las pruebas escritas. Hoy unos 650 estudiantes que son de escasos recursos y pasaron las pruebas, fueron excluidos. Y lo peor es que se evidenció que muchos de los estudiantes a los que se les adjudicó la beca tienen buena posición económica y sus familias pueden pagarles la universidad. Son tan ratas que se están manchando por G. 4.500.000 anuales, que es lo que da la beca al año. Qué significa eso para esta gente que gasta más para ir de vacaciones, o para ir a cenar en algún restaurante de los que están habituados. ¿No tienen vergüenza?
Mientras, Itaipú sigue humillando a los jóvenes de escasos recursos pidiéndoles pruebas de su pobreza, quitándoles puntos por contar con servicio de agua de Essap o por contar con un inodoro.
Si la Itaipú y el Gobierno quieren realmente enmendar este monumento a la corrupción, debe otorgarle las becas a los estudiantes que pasaron las pruebas de competencia y que sin embargo quedaron fuera de estas becas por culpa de unas evaluaciones socioeconómicas torcidas.
Y, con un simple chequeo general, retirar la beca a aquellos usurpadores del subsidio de los pobres, porque me temo que no se retirarán por cuenta propia, ya que en su ser desconocen lo que es la honestidad, la ética y la moral, un mal que cada vez más se apodera de gran parte de los jóvenes de entornos que se construyeron con riquezas mal habidas y riquezas robadas al Estado.