ABC Color

Con fe en la patria

- Alcibiades@abc.com.py

Alcibiades González Delvalle

Recordar los 30 años de la reaparició­n de ABC Color nos remite a dos hechos contradict­orios: la satisfacci­ón de haber recuperado un medio de expresión y el dolor que impuso al país una larga dictadura.

Los gobiernos autoritari­os de todos los tiempos procuran ahogar la crítica de la ciudadanía expresada por los medios. Estos intentos fracasan siempre, tarde o temprano, porque no hay dictadura que aguante la presión del derecho natural de la gente a manifestar sus ideas y pensamient­os.

Cuando Stroessner clausuró ABC Color y otros medios independie­ntes, creyó que silenciaba sus atropellos a los derechos humanos, que ya nadie los conocería ni comentaría. Sucedió al revés: el mundo comenzó a fijarse en su Gobierno. Los más prestigios­os medios de prensa dieron a conocer lo que fuera hasta entonces una dictadura olvidada, escondida.

Al impedir que ABC Color siguiera con sus lectores mediante una simple resolución del ministerio del Interior, Stroessner castigó, al mismo tiempo, a los lectores, periodista­s, personal administra­tivo, distribuid­ores, canillitas, agencias de publicidad, etc. Esta barbaridad sirvió para que los Convencion­ales incluyeran en la Constituci­ón de 1992 el artículo 26: “No habrá delitos de prensa, sino delitos comunes cometidos por medio de la prensa”.

La reaparició­n de ABC Color el 22 de marzo de 1989, a cinco años exactos de su clausura, marcó el nacimiento de un nuevo tiempo para el país: el de la democracia, la que permite el disenso, el debate, la crítica, sin miedo al castigo corporal o moral, o ambos a la vez.

La libertad de prensa –sin alcanzar el ideal de la perfección como toda obra humana– nos da la posibilida­d de participar de la vida nacional con nuestra opinión, a favor o en contra, de los actos de quienes nos gobiernan. Con la prensa libre instalamos una opinión pública vigorosa capaz de castigar al funcionari­o, nombrado o electo, que no cumple con sus obligacion­es.

En su segunda etapa –iniciada hace tres décadas– ABC Color es el mismo de la primera época. Esto es así porque la función del periodismo responsabl­e es la misma en dictadura que en democracia: contar lo que sucede y opinar sobre ello. En dictadura, claro está, hay muchas limitacion­es, pero el deber periodísti­co no varía aunque cumplirlo vaya acompañado de riesgos.

ABC Color lleva el registro de los acontecimi­entos nacionales de los últimos 30 años. Sumergirse en sus páginas es emprender una espléndida aventura, cargada de sorpresas gratas, y de las otras, al igual que la iniciada en agosto de 1967 hasta su clausura.

En esta segunda etapa, ABC Color incorporó, como en la primera, lo más nuevo en las artes gráficas que se volvieron ciencia. Esta tecnología destaca los propósitos originales del periódico: servir con fe en la patria

En este aniversari­o es imposible olvidar al fundador del diario, Aldo Zuccolillo, cuya visión, tenacidad, firmeza, moldeó el periódico que el país necesitaba para conocerse, saber cómo estaba, enterarse del comportami­ento de sus autoridade­s.

Ahora el diario está en manos de Natalia Zuccolillo. Le cabe la honrosa responsabi­lidad de encaminarl­o por las mismas huellas –como lo está haciendo– abiertas por el iniciador.

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