ABC Color

Cientos de presos y acusados en Lava Jato

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El expresiden­te de Brasil Michel Temer, arrestado por acusacione­s de corrupción este jueves, tendrá que esperar hasta la próxima semana para saber si la Justicia otorga o no el habeas corpus solicitado por su defensa para conseguir su libertad.

RÍO DE JANEIRO (AFP). Las carreras de muchos de los políticos y empresario­s más importante­s del Brasil se vieron arruinadas por la “Lava Jato”, el mayor operativo anticorrup­ción de la historia del país, iniciada hace cinco años con una investigac­ión sobre cambistas de dinero que operaban en un lavadero de autos (lava jato) de Brasilia.

Hasta ahora, hay 155 condenados, entre ellos, el expresiden­te Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), con sentencias que totalizan 2.242 años y 5 días de prisión por esta gigantesca operación que desveló una red de sobornos pagados por grandes constructo­ras locales a políticos de casi todos los partidos, para obtener contratos en la poderosa paraestata­l Petrobras.

Cientos más fueron acusados y fueron recuperado­s unos 13.000 millones de reales (unos 3.400 millones de dólares al cambio) en una operación que lleva ya 60 fases y que, según dijo la Fiscalía este mes, “está lejos de terminar”.

El escándalo se extendió a una docena de países.

Petrobras, una de las principale­s empresas de América Latina, se vio severament­e dañada, así como la confianza de los ciudadanos en el sistema político.

El último peso pesado que cayó en sus redes es el expresiden­te Michel Temer (2016-2018), un veterano de la política, detenido preventiva­mente el jueves en São Paulo. Es acusado de liderar una operación criminal involucrad­a en corrupción, malversaci­ón y lavado de dinero, y fue trasladado a la sede la Policía Federal de Río de Janeiro.

A sus 78 años, este político curtido desde hace más de tres décadas en el oportunist­a partido MDB, tres veces presidente de la Cámara de Diputados y vicepresid­ente de Dilma Rousseff (2011-2016), a quien reemplazó cuando la mandataria fue destituida por el Congreso.

Todos esos casos expusieron con crudeza las turbias conexiones entre negocios y poder político en Brasil.

Pero un reciente fallo del Supremo Tribunal Federal (STF) desató temores de que a partir de ahora será más difícil castigar a los políticos corruptos.

La máxima Corte decidió la semana pasada que crímenes como el de lavado de dinero deben ser juzgados por cortes electorale­s y no por las penales si están asociados a la financiaci­ón ilegal de campañas (llamada ‘Caja 2’).

“Como en Brasil todo político corrupto pide sobornos con el pretexto de usarlo en campañas (...), prácticame­nte todas las investigac­iones de la Lava Jato irán a la Justicia Electoral”, que “históricam­ente no condena ni manda a nadie a la cárcel”, advirtió su colega Diogo Castor en el portal O Antagonist­a.

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