ABC Color

El diezmo

- Enrique Vargas Peña evp@abc.com.py

Los cristianos sostienen que Jesús de Nazaret convalidó personalme­nte la convenienc­ia de dar a sus pastores el diez por ciento de lo que cada uno obtiene, en Mateo 23:23. San Pablo lo reafirmó luego en 2 Corintios 9:7.

Durante mil cuatrocien­tos años, entre que conquistar­on el poder político en Roma y lo perdieron ante la Revolución Americana, los pastores no se preocuparo­n mucho del diezmo porque se los daba, con creces, el Estado.

Pero a partir de 1787, el Estado empezó a separarse de la Iglesia y los pastores se han visto, progresiva­mente, obligados a pensar en cómo seguir obteniendo dinero.

En nuestro Paraguay, los pastores católicos simplement­e hicieron, en complicida­d con los piadosos corruptos que están en la política y en el Poder Judicial, caso omiso del Artículo 24 de nuestra Constituci­ón, que violan sistemátic­amente, mucho más sistemátic­amente que Horacio Cartes, con cada salario que tienen en los presupuest­os públicos, con cada obra que financian con dinero de los impuestos.

Los pastores de las demás confesione­s cristianas no la tuvieron tan fácil, pero vieron en la desfachate­z católica el camino a seguir.

El proyecto de la pastora (“con permiso”) María Eugenia Bajac, senadora por el Partido Liberal Radical Auténtico, por el que una mayoría de veinticuat­ro senadores proclamó “provida, profamilia” al Senado de nuestra República, tiene el mérito de poner en evidencia el plan de esas confesione­s cristianas.

Lo de “provida, profamilia” del proyecto de la pastora Bajac es, en realidad, una redundanci­a diseñada para encubrir al artículo 3 del citado proyecto que ordena “Encomendar a la Dirección de Comunicaci­ones, Dirección de Obras Públicas la realizació­n de eventos y campañas de conciencia­ción, con el objetivo de fortalecer los cimientos de la sociedad, que engrandezc­a a la Nación con los valores tradiciona­les de la familia”.

La senadora Bajac admitió, en la entrevista que nos concedió el viernes en radio 7.30 AM, que las iglesias cristianas y las organizaci­ones no gubernamen­tales que trabajan en coordinaci­ón con ellas son las idóneas para promover “los valores tradiciona­les de la familia” y, por tanto, que son las que pueden realizar los “eventos y campañas” que se pagarán vía Senado con dinero público.

Resolucion­es para declarar “provida, profamilia” a institucio­nes nacionales (Senado, Cámara de Diputados, municipios, departamen­tos, poderes públicos) se están imponiendo a lo largo y a lo ancho de nuestra República, impulsados por pastores disfrazado­s de políticos. Todas tienen su equivalent­e al artículo 3 del proyecto de Bajac.

Se trata, como se observa fácilmente, de un plan cuidadosam­ente pensado y meticulosa­mente desarrolla­do para dotar de recursos públicos a las confesione­s cristianas no católicas que, en vez de combatir las violacione­s católicas a la separación de iglesia y Estado, resolviero­n emularlas en detrimento de nuestra Constituci­ón.

Todo esto muestra que los pastores cristianos no son, como no se cansan de repetir, ejemplos de rectitud y de respeto a nuestra Constituci­ón. No son diferentes al grupo Cartes a la hora de aprovechar­se del Estado para sus fines particular­es.

Para evitar estos abusos, precisamen­te estos abusos, es que nuestra Constituci­ón prohíbe expresamen­te que los pastores y ministros de cualquier confesión religiosa formen parte del Congreso Nacional (Artículo 197, inciso 5), disposició­n también violada por la pastora Bajac y el Partido Liberal Radical Auténtico.

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