El diezmo
Los cristianos sostienen que Jesús de Nazaret convalidó personalmente la conveniencia de dar a sus pastores el diez por ciento de lo que cada uno obtiene, en Mateo 23:23. San Pablo lo reafirmó luego en 2 Corintios 9:7.
Durante mil cuatrocientos años, entre que conquistaron el poder político en Roma y lo perdieron ante la Revolución Americana, los pastores no se preocuparon mucho del diezmo porque se los daba, con creces, el Estado.
Pero a partir de 1787, el Estado empezó a separarse de la Iglesia y los pastores se han visto, progresivamente, obligados a pensar en cómo seguir obteniendo dinero.
En nuestro Paraguay, los pastores católicos simplemente hicieron, en complicidad con los piadosos corruptos que están en la política y en el Poder Judicial, caso omiso del Artículo 24 de nuestra Constitución, que violan sistemáticamente, mucho más sistemáticamente que Horacio Cartes, con cada salario que tienen en los presupuestos públicos, con cada obra que financian con dinero de los impuestos.
Los pastores de las demás confesiones cristianas no la tuvieron tan fácil, pero vieron en la desfachatez católica el camino a seguir.
El proyecto de la pastora (“con permiso”) María Eugenia Bajac, senadora por el Partido Liberal Radical Auténtico, por el que una mayoría de veinticuatro senadores proclamó “provida, profamilia” al Senado de nuestra República, tiene el mérito de poner en evidencia el plan de esas confesiones cristianas.
Lo de “provida, profamilia” del proyecto de la pastora Bajac es, en realidad, una redundancia diseñada para encubrir al artículo 3 del citado proyecto que ordena “Encomendar a la Dirección de Comunicaciones, Dirección de Obras Públicas la realización de eventos y campañas de concienciación, con el objetivo de fortalecer los cimientos de la sociedad, que engrandezca a la Nación con los valores tradicionales de la familia”.
La senadora Bajac admitió, en la entrevista que nos concedió el viernes en radio 7.30 AM, que las iglesias cristianas y las organizaciones no gubernamentales que trabajan en coordinación con ellas son las idóneas para promover “los valores tradicionales de la familia” y, por tanto, que son las que pueden realizar los “eventos y campañas” que se pagarán vía Senado con dinero público.
Resoluciones para declarar “provida, profamilia” a instituciones nacionales (Senado, Cámara de Diputados, municipios, departamentos, poderes públicos) se están imponiendo a lo largo y a lo ancho de nuestra República, impulsados por pastores disfrazados de políticos. Todas tienen su equivalente al artículo 3 del proyecto de Bajac.
Se trata, como se observa fácilmente, de un plan cuidadosamente pensado y meticulosamente desarrollado para dotar de recursos públicos a las confesiones cristianas no católicas que, en vez de combatir las violaciones católicas a la separación de iglesia y Estado, resolvieron emularlas en detrimento de nuestra Constitución.
Todo esto muestra que los pastores cristianos no son, como no se cansan de repetir, ejemplos de rectitud y de respeto a nuestra Constitución. No son diferentes al grupo Cartes a la hora de aprovecharse del Estado para sus fines particulares.
Para evitar estos abusos, precisamente estos abusos, es que nuestra Constitución prohíbe expresamente que los pastores y ministros de cualquier confesión religiosa formen parte del Congreso Nacional (Artículo 197, inciso 5), disposición también violada por la pastora Bajac y el Partido Liberal Radical Auténtico.