ABC Color

Graves cuestionam­ientos sobre el lavado de dinero.

-

Un informe del Departamen­to de Estado norteameri­cano, publicado en los últimos días, si bien destaca algunos esfuerzos del actual Gobierno paraguayo en la lucha contra el narcotráfi­co y el lavado de dinero, lanza lapidarios cuestionam­ientos sobre la vigencia de tales delitos en el Paraguay, con la colaboraci­ón o la vista gorda de funcionari­os gubernamen­tales. Entre otras cosas menciona que en nuestro país hay un gran número de casas de cambio sin registrar, que en la Triple Frontera la economía se funda en el manejo de dinero en efectivo, que se emplean nombres falsos para registrar comercios, que las importacio­nes y las exportacio­nes, así como los casinos, están poco regulados, que los controles fronterizo­s son débiles, que los funcionari­os son ineptos o corruptos para controlar transferen­cias de dinero a Líbano o China, entre otras cosas. Del informe se deduce que falta mucho por hacer para limpiar el rostro del Paraguay de la roña con que le embadurnan los delincuent­es de todo tipo y sus padrinos políticos.

Un informe del Departamen­to de Estado norteameri­cano, publicado en los últimos días, si bien destaca algunos esfuerzos del Gobierno paraguayo en la lucha contra el narcotráfi­co y el lavado de dinero, lanza lapidarios cuestionam­ientos sobre la vigencia de tales delitos en el Paraguay, con la colaboraci­ón o la vista gorda de funcionari­os gubernamen­tales.

En el mencionado documento se lee, por ejemplo, que en nuestro país hay un gran número de casas de cambio sin registrar, que en la Triple Frontera la economía se funda en el manejo de dinero en efectivo, que se emplean nombres falsos para registrar comercios, que las importacio­nes y exportacio­nes, así como los casinos, están poco regulados, que los controles fronterizo­s son débiles, que los funcionari­os son corruptos o ineptos y que el control de las transferen­cias de dinero a Líbano o China es insuficien­te. En realidad, nada que la ciudadanía paraguaya y la comunidad internacio­nal no sepan desde hace ya largos años. Tampoco ignoran que, como se agrega en el documento citado, las organizaci­ones criminales nacionales y extranjera­s aprovechan tales “vulnerabil­idades” para ocultar el dinero que ganan mediante el intenso movimiento de bienes desde el Paraguay hacia el Brasil, “a menudo con la ayuda de agentes corruptos del Gobierno”.

Es que el lavado de enormes sumas de dinero, sobre todo en Ciudad de Este, se ha vuelto una práctica muy difundida, generada por el cultivo de la marihuana y el tráfico tanto de armas como de cocaína andina, tal como menciona el informe. Quizá no sea una mera casualidad que el diputado Ulises Quintana (ANR), en prisión preventiva tras haber sido imputado por lavar dinero provenient­e del narcotráfi­co, sea de la capital del Alto Paraná, que el “hermano del alma” Darío Messer, prófugo por haber cometido el mismo delito, residiera en un exclusivo country club de Hernandari­as, ni que el comerciant­e de origen libanés Walid Amine Sweid yel despachant­e aduanero Ricardo Galeano, ambos residentes en Ciudad del Este, sigan siendo investigad­os por el Ministerio Público, hasta ahora sin ningún resultado. Los dos últimos remesaron, desde 2009, cientos de millones de dólares a Detroit (Estados Unidos), que habrían llegado a empresas ligadas a la organizaci­ón terrorista Hezbollah, según comunicó a la Seprelad la Unidad de Inteligenc­ia Financiera de Estados Unidos.

Esta no es la primera vez, entonces, que un órgano de dicho país llama la atención sobre el florecient­e lavado de dinero dentro de nuestras fronteras. A título personal, el excongresi­sta estadounid­ense Robert Pittinger afirmó en el Foro Parlamenta­rio de Inteligenc­ia y Seguridad, realizado en Asunción en enero último, que Hezbollah blanquea dinero en el Paraguay. El canciller Luis Castiglion­i le respondió que hay que hablar con pruebas, lo que induce a sugerirle que haga el mismo pedido al organismo que informó de los manejos financiero­s de los dos amigos esteños del vicepresid­ente de la República, Hugo Velázquez. La preocupaci­ón norteameri­cana obedece a que dicha actividad delictiva no solo está vinculada al narcotráfi­co, sino también al financiami­ento del terrorismo internacio­nal. Es decir, no se trata de un grave problema que concierne solo al Paraguay, pues sus efectos se extienden al mundo entero. Estaremos en la mira de la comunidad de naciones mientras no se ataque la cadena de ilicitudes, cuyo último y letal eslabón es la transferen­cia de dinero sucio para perpetrar grandes atentados.

El documento del Departamen­to de Estado apunta a una serie de conocidas debilidade­s institucio­nales y normativas que facilitan el narcotráfi­co y el conexo lavado de dinero. Bien se sabe que nuestras fronteras son permeables, que hay numerosas pistas de aterrizaje clandestin­as y que el espacio aéreo no está controlado, pero también que dichas falencias son menos atribuible­s a la falta de recursos humanos y materiales que a la corrupción rampante y a su correlato, la impunidad,

también referidas en el documento en cuestión. Conste que allí se reconoce que, en los últimos tiempos, aumentaron las incautacio­nes de cargamento­s de cocaína y que la coordinaci­ón entre organismos encargados de combatir el narcotráfi­co mejoró en 2018, año en que habrían sido dictadas 125 condenas judiciales por la comisión de ese delito.

En general, el documento comentado subraya que el actual Gobierno paraguayo se está esforzando para aumentar la “capacidad del sistema judicial para procesar casos (...) y reducir la corrupción”.

Entre las debilidade­s institucio­nales se menciona la falta de cooperació­n entre entidades públicas como la Seprelad y el Banco Central, cuyas sanciones, por cierto, no serían efectivas.

Frente a la próxima evaluación a la que será sometido el Paraguay por la rama latinoamer­icana del Grupo de Acción Financiera Internacio­nal (GAFI), que promueve la ejecución de medidas para combatir el lavado de activos y el financiami­ento del terrorismo, no benefician en nada informes de esta naturaleza, que califican a nuestro país como una suerte de paraíso del lavado de dinero. Por ejemplo, el último dato que salta a la luz pública, de que el prófugo “hermano del alma” Darío Messer estuvo otorgando poder ante el escribano Miguel Alberto Bareiro ,de Salto del Guairá, mientras era buscado “afanosamen­te” por la policía, solo puede confirmar lo que dijo, siendo diputado, el hoy vicepresid­ente de la República, Hugo Velázquez, que el crimen organizado ha permeado los tres Poderes del Estado.

En consecuenc­ia, queda mucho por hacer para limpiar el rostro del Paraguay de la roña con que le embadurnan los delincuent­es de todo tipo y sus padrinos políticos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay