Drama de cada año
La población de Alto Paraguay nuevamente sufre una crisis por la inundación de los caminos a consecuencia de las últimas lluvias registradas en la zona. Esa situación repetitiva obedece al factor naturaleza, a la falta de programas concretos y serios de los sucesivos gobiernos, y a la corrupción a la hora de invertir los recursos públicos en obras viales en el departamento.
Ninguna autoridad se preocupó en dar una solución definitiva al drama de cada año tras la temporada de grandes lluvias, pese haber manejado millonarias sumas de dinero para el efecto. Actualmente, el departamento está en emergencia vial. Esta lamentable realidad representa un drama para los pobladores en especial aquellos que más utilizan los caminos.
Al encontrarse inundado varios kilómetros del camino principal donde se incluye la Bioceánica, próxima a ser asfaltada, los automovilistas utilizan una vía alternativa hacia el norte del departamento y que implica atravesar por establecimientos ganaderos.
Este camino se encuentra en impecables condiciones gracias a que un grupo de vecinos dueños de estancias se encarga de su permanente mantenimiento. Al ver la gran cantidad de vehículos que están transitando por dicho lugar comenzaron a hacer sentir su preocupación porque también podría quedar inaccesible por la masiva circulación de rodados.
Sucede que hasta el ómnibus del transporte público de pasajeros que cubre el itinerario desde Asunción-Alto Paraguay-Asunción comenzó a usar ese trayecto. El conductor no tuvo en cuenta los efectos de un aguacero, continuó viaje y el ómnibus cayó a una cuneta. Se le tuvo que auxiliar con ayuda de un tractor, cuyo peso destruyó un pequeño tramo.
De esa manera se demuestra cómo el sector privado con poco dinero construye y cuida sus caminos, en tanto que, por otro lado, ni el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), la Gobernación o las comunas de la zona pudieron solucionar el problema vial público.
Por algo, hace unos días, el obispo de Vicariato de Chaco, monseñor Gabriel Escobar, le pedía a los habitantes del Alto Chaco que ya no hipotequen su futuro vendiendo sus votos.
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