El próximo La próxima
Un senador acaba de ser sancionado por “inconducta”. ¿Qué es una inconducta, sus señorías?
En setiembre del 2002, el entonces diputado Juan Darío Monges le aplicó una trompada al diputado Luis Villamayor. El mismo Monges, en el 2013 casi volvió a aplicar otra trompada al entonces senador y hoy día presidente Mario Abdo Benítez por haber votado a favor del desafuero de Víctor Bogado. En junio del 2007,
Víctor Bogado bajó la llave general de la luz para evitar perder una elección. Ese mismo día, el finado Magdaleno Silva rompió una silla y dos micrófonos. Bogado tiene en su haber al mecánico de oro a quien él contrató y pagó un segundo salario, prohibido por las leyes. También cargó al presupuesto público al menos tres domésticas, incluyendo una niñera que irá a juicio oral y público desde mañana.
En el 2003, el entonces diputado Waldemar Zárate se quedó semidesnudo en plena sesión para defender a su colega –el diputado Julián Sosa–, quien fue sorprendido extorsionando a agricultores inmigrantes. El polémico senador Bóbeda apareció un día con una guacha: “La guacha no es para castigar, es para orientar a los caballos, a las yeguas”, pontificó. El mismo Bóbeda llegó a decir: “La mujer es como una mascota, como una perrita fiel, que debe cocinar y atender solo al hombre”.
La foto del exsenador Armando Espínola recorrió el mundo mientras miraba pornografía. Un día Alfredo Jaeggli apareció con un gorro frigio rojo y una vuvuzela para hacer ruido mientras Fernando Lugo leía su informe de gestión. La pastora María Bajac ocupa ilegalmente su cargo pero sus pares rezan con ella al señor de los cielos mientras rinden culto permanente al señor de los infiernos. El diputado Carlos Portillo falseó siete títulos universitarios, dijo que viajó a Las Vegas pero no viajó, cobró pero no devolvió... hasta que fue publicado. Portillo también fue grabado ofreciendo interceder para solucionar asuntos judiciales y recibiendo dinero a cambio.
“Casey amanecé en el banco mañana”, el pedido de
Jorge Oviedo Matto a una fiscala hubiera terminado sin castigo si no fuera por los escraches ciudadanos. Oviedo inauguró un quincho para hacer asados en el patio interior de la Cámara y ofrecía giras por el Congreso –con bocaditos incluidos–. José María Ibáñez y sumujer
Lorena Plabst cobraban plata de Diputados con la pantalla de sus caseros. Se salvaron de ir presos donando un generador.
Exactamente lo mismo hizo el diputado Tomás Rivas, a quien también se le encontraron al menos tres peones a sueldo de Diputados. La hija de la exdiputada
Perla de Vázquez fue pillada cobrando cinco salarios; la polémica senadora Zulma Gómez agravió cuando era la anfitriona de los hacedores de una de las películas paraguayas más laureadas. Nadie olvida a la exsenadora Blanca Fonseca y sus exabruptos, incluyendo el colgar a su hombre del presupuesto de Yacyretá.
El viaje del diputado colorado Jorge Baruja a un Congreso Mundial de Menopausia fue otro desangre para el Estado, igual que la nutricionista que el diputado
Édgar Ortiz dijo en su momento que iba a su oficina a hacerle la dieta. En marzo del 2017 violentaron y violaron a golpes, sangre, puños y barbarie la Constitución Nacional del Paraguay persiguiendo una enmienda.
Todo lo que acaba de leer, ¿califica o no como inconducta? ¿Son más, menos, igual de graves que la inconducta perpetrada por Payo Cubas? Es casi una obligación sospechar que se sancionó a quien está molestando a un colegiado que aprendió a darse trompadas pero se abroquela para mantener sus privilegios. Se ha asentado un precedente, ¿quién será el próximo? O mejor, ¿habrá un próximo que se anime a desafiar esta cloaca?