ABC Color

La Pascua dolorosa

- Rafael Marcial Montiel rmontiel@abc.com.py

Mañana, lunes 15 de abril, se cumplen 43 años del inicio de la “Pascua dolorosa”, denominaci­ón dada a la cruenta represión del régimen stronista en contra de integrante­s de las Ligas Agrarias Cristianas de Misiones. De acuerdo a los registros del Museo de la Memoria Histórica, unos 485 campesinos fueron apresados en el “campo de concentrac­ión” de San Juan Bautista.

La Pascua dolorosa empezó en el distrito de Santa Rosa, departamen­to de Misiones. Se inició con la tortura y asesinato del dirigente Silvano Ortellado Flores, el 15 de abril de 1976. Después se produjeron apresamien­tos, represione­s físicas y sicológica­s; muertes y desaparici­ones.

Las Ligas Agrarias Cristianas eran organizaci­ones sociales campesinas que buscaban la conciencia cívica, el crecimient­o económico y social en base a la solidarida­d, la minga y la cooperació­n mutua. Además de la educación, los miembros analizaban la realidad política que atravesaba el país bajo el régimen del general Alfredo Stroessner, que comenzó el 15 de agosto de 1954 y terminó hace 30 años con una insurrecci­ón militar el 3 de febrero de 1989, tras casi 35 años en el poder.

Formaron la escuela campesina con la idea de educar a sus hijos, a enseñarles para saber leer y escribir y, sobre todo, hablar el guaraní, consideran­do la prohibició­n del sistema de utilizar la lengua nativa para que la población se comunique.

Todo esto enervó al régimen del general Stroessner y se inició una inmiserico­rde persecució­n, apresamien­tos y torturas con el argumento de la preservaci­ón de la Seguridad Nacional y de lucha contra el anticomuni­smo.

El episodio se conoce con el nombre de Pascua dolorosa porque la represión, si bien comenzó un Miércoles Santo, se prolongó durante toda la pascua del año 1976.

La idea totalitari­a vigente en aquel entonces en la región del cono sur, y quizás en toda América, no iba permitir el crecimient­o ni el despertar cívico de la gente, así como plantearon los líderes de las Ligas Agrarias.

Con la represión policial, el régimen de hierro desarticul­ó a las Ligas Agrarias Cristianas. No había libertades públicas ni tolerancia para las organizaci­ones sociales y políticas.

Sin embargo, los valores de libertad y democracia triunfaron por encima de las ideas de la extrema derecha y extrema izquierda. La historia demostró el fracaso de estos regímenes opresivos e inhumanos.

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