Mi derecho está junto al Señor

Asimismo, leemos en este día el segundo cántico del Siervo de Yavé, que afirma: “En vano me fatigué, para nada, inútilmente he gastado mis fuerzas. Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios”.

Es el otro lado de la moneda, pues si hubo un traidor entre los Doce, e infelizmente, gente que hoy sigue cambiando al Señor por dinero y poder, hay también quienes no le abandonan, al revés, gastan su vida, su entusiasmo y su inteligencia para vivir de modo honesto.

Los cuatro cánticos de este Siervo Sufriente ahora se aplican a Cristo en su pasión.

Para nosotros, son ejemplo de docilidad delante de la voz de Dios que llama y confiere la misión de ser luz para todas las naciones, de modo que la salvación que Él quiere concedernos llegue a todas las personas y a todos los pueblos del mundo.

También son ejemplo de coraje, pues cuando se trabaja por algo bueno y justo, para el bien común, siempre habrá corrientes que se opondrán, y lo harán con intensidad, y hasta con violencia.

Situación para comportarse como el siervo sufriente, y repetir que “mi derecho está junto al Señor”, que yo soy valioso ante sus ojos y que Él es una fortaleza que nunca falla, y que nunca fue vencida, y quien está unido a Él tendrá la misma victoria.

Paz y bien

Cuando el Señor indica que uno de sus seguidores lo va a delatar, ellos se ponen intranquilos queriendo saber quién sería. Y Jesús lo aclara: “Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato”. Y lo entregó a Judas.